Ariel Gareca recibió un balazo en su cabeza en diciembre pasado. Desde entonces perdió la mitad de la movilidad de su cuerpo. Era el único sostén de su familia.
Un mes después del asesinato de Fernando Gómez, bagayero que recibió disparos de las fuerzas de seguridad que responden a Patricia Bullrich, se conoció otro episodio de violencia que involucra al Estado. Se trata del caso de Ariel Gareca, también bagayero de la zona, que perdió la mitad de la movilidad de su cuerpo luego de recibir un disparo en su cabeza. Según su familia, se trató de un balazo de Gendarmería.
Ariel tiene 25 años y una hija de cuatro años de edad. Trabajaba de pasador de hojas de coca desde los veinte. Era el único sostén de su familia.
Su hermano, Daniel Gareca, relató que el hecho ocurrió durante la misma noche en la que murió Fernando Gómez. Señaló que los gendarmes lo sujetaron y le dispararon a la cabeza.
Todo fue en el sector conocido como La Playa, en la ribera del río Pescado, a unos cien metros del Puesto 28 de Julio de control de la Gendarmería. Según informó Salta 12, Gendarmería atacó a los trabajadores con perdigones de plomo de las escopetas reglamentarias calibre 1270.
El mismo medio agregó que Gareca fue herido momentos después de la muerte de Gómez, en el mismo puesto de control que la Gendarmería Nacional tiene sobre la Ruta Nacional 50, entre Aguas Blancas y Orán.
«Los gendarmes lo agarraron y en el suelo le dispararon. Lo quisieron rematar», dijo Daniel, quien pidió justicia para su hermano y una investigación completa. «Mi hermano no va a poder trabajar», siguió.
Gareca no murió, pero la bala quedó alojada en su cabeza. Desde entonces, permaneció varias semanas inconsciente. Ahora tiene el cráneo perforado y espera recibir una placa de platino en la cabeza.