Quienes más recurren a la ILE no son las adolescentes, sino aquellas que tienen entre 20 y 29 años y profesan alguna religión.
Así lo indica una investigación que toma estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires y del trabajo de Socorristas en Red, entre otras fuentes. Se titula “¿Por qué abortan las mujeres? Contexto y biografía en las experiencias de aborto” y fue realizado por Silvina Ramos, socióloga e investigadora titular del CEDES, y Sandra S. Fernández Vázquez, politóloga, docente de la Universidad Nacional de Avellaneda. Los principales puntos de la misma fueron analizados y publicados hoy por el diario Página 12 en una nota firmada por la periodista Mariana Carbajal.
De las entrevistas que hicieron Socorristas en Red a las personas que acompañaron en 2018 en el proceso de abortar, el 60% tenía entre 20 y 29 años, contaban con un trabajo remunerado (58,4% incluyendo trabajo informal y formal) y profesaban una religión (aproximadamente el 58%); más del 70% había sufrido algún tipo de violencia de género; casi el 60% había sido madre previamente; y más del 80% no había tenido abortos voluntarios previos.
“No hay un tipo de mujer que aborta. Las mujeres que abortan son adolescentes y adultas, pobres y ricas, casadas con hijos y sin hijos, con o sin parejas estables. Pero en mayor medida tienen entre 20 y 29 años. La decisión de abortar se dispara por circunstancias de vida diversas: crisis de pareja, incertidumbre laboral, expectativa por un proyecto educativo, condiciones adversas para la llegada de un hijo, una migración. Esa decisión también se toma por una enfermedad que el embarazo agrava. Y se toma también con la intención de reparar la dignidad interrumpiendo un embarazo fruto de un abuso o violación”, dijo Ramos al medio citado.
Con respecto a las condiciones en las que las mujeres acceden a un aborto, la investigación advierte que “el misoprostol ha contribuido a democratizar el acceso a una práctica segura al reducir los costos y la complejidad de la intervención”. Sin embargo, “la penalización legal del aborto y el estigma que sigue recayendo sobre quienes abortan –y quienes son parte de la práctica– incide negativamente en las experiencias de las mujeres”, agrega.
Según estimaciones del año 2009, en la Argentina se realizan entre 371.965 y 522.000 abortos por año (Pantelides y Mario, 2009). Desde ese estudio hasta el presente, señala el informe, las condiciones de acceso a la práctica “se han modificado cualitativamente”, principalmente por tres motivos: la popularización del uso del misoprostol para inducir un aborto, droga que en aquel momento todavía era escasamente utilizada; la proliferación de organizaciones feministas y de profesionales de la salud que brindan información sobre cómo abortar de forma segura con medicamentos; la institucionalización de una interpretación apropiada del régimen de causales contemplado en el Código Penal que, plasmada en protocolos de atención en los niveles nacional y provincial, ha hecho posible un mayor acceso a los abortos legales.