El objetivo es que los políticos piensen dos veces antes de decir barbaridades, aunque a muchos no les importa formar parte del flamante “Índice”. Se mide el nivel de demagogia, racismo, mano dura, homofobia, misoginia y repercusión mediática.
Como una suerte de escala Richter, NOTICIAS calificará sus exabruptos políticamente incorrectos según el nivel de irresponsabilidad, demagogia, racismo, mano dura, homofobia, misoginia y también repercusión mediática de las frases en cuestión. Cuanto mayor el terremoto verbal, más alto el puntaje del 1 al 10.
El brasileño Bolsonaro puso de moda el fenómeno que lo depositó en la Presidencia, pero rápidamente ha encontrado réplicas en nuestras tierras. En esta primera entrega del Índice se analizarán tres “leading cases”: Patricia Bullrich, Alfredo Olmedo y Miguel Ángel Pichetto.
La ministra de Seguridad de Macri descerrajó esta opinión hace poco: “El que quiera estar armado, que ande armado, la Argentina es un país libre”. Y a continuación defendió al policía Chocobar, el que había matado a un ladrón por la espalda y recibido las felicitaciones del propio Presidente. Índice Bolsonaro: 8,5.
Olmedo, diputado salteño y autor del apotegma “tengo la mente cerrada y la cola también”, por estos días disparó en un video que se hizo viral: “Delincuente abatido, delincuente que no vuelve a robar. Y quien abata un delincuente será concecorado”. Índice Bolsonaro: 8,7.
En cuanto a Pichetto, el jefe del bloque de los senadores peronistas ha vuelto a pegarle duro a los inmigrantes de países limítrofes. “Tenemos que dejar de ser tontos. El problema es que siempre funcionamos como ajuste social de Bolivia y ajuste delictivo de Perú”, dijo. Y siguió: “Las principales villas de la Argentina están tomadas por peruanos. La Argentina incorpora toda esta resaca”. Índice Bolsonaro: 9,2.
¿El método de evaluación? Un jurado integrado por los editores y el jefe de redacción de NOTICIAS analiza cada caso que propone el equipo periodístico de la revista y lo califica según distintos criterios: impacto de la frase, contexto en el que fue pronunciada, nivel de responsabilidad institucional de su autor (no es lo mismo una barbaridad dicha por el jefe de Estado que la de un piquetero de a pie), y otras variables más.