La presidenta del PRO priorizó sus intereses y permitió el arreglo con Matías Posadas. La jugada partió al PRO salteño, pero no redituó beneficio electoral. El espacio apenas superó el 17 por ciento de los votos en la categoría gobernador.
Curioso: la fuerza que pretende recuperar la presidencia no protagoniza nada importante en las elecciones provinciales. Pasó en Río Negro, Neuquén, La Rioja, Tierra del Fuego y también en Salta. Acá casi nada queda de aquel 2022 cuando Juntos por el Cambio aparecía como la coalición opositora más potente. Los resultados de hoy lo confirman: un magro 17,34 por ciento producto de los 122.391 votos cosechados por la fórmula que integraban Miguel Nanni y Virginia Cornejo. Sólo pueden festejar haber salido segundo, aunque muy por debajo del gobernador y con menos de un punto de diferencia sobre el frente “Avancemos” que se conformó hace apenas cuatro meses.
El fracaso comenzó a tejerse el 30 de diciembre de 2022, cuando las fuerzas que integraban la coalición (UCR, Ahora Patria y PRO) emitieron un comunicado ratificando su “vocación de Poder” y denunciaban que Gustavo Sáenz era el responsable del desmanejo de las cuentas públicas. El documento pasó inadvertido. Entre otras cosas porque el partido que en 2021 encabezó la fórmula de ese frente -Ahora Patria– no lo difundió en protesta por otro comunicado de ese día: el del Comité Capital de la UCR que renegaba de los concejales de AP por el tratamiento del presupuesto municipal, concluía que la coalición era obsoleta y pedía migrar o conformar otro frente.
Quien emigró fue Ahora Patria. Alfredo Olmedo y Carlos Zapata anunciaron dos semanas después que su fuerza conformaría el frente Avancemos junto a Emiliano Estrada y al partido de los hermanos Biella. Confiaban en la potencia de los socios que sabían de buenas performances electores, algo que el olmedismo creía imposible en Juntos por el Cambio por contar con partidos en donde los jefes no conducían y en donde cualquier subordinado vetaba con éxito las iniciativas de los mismos. Radicales y macristas salteños curaron heridas recordando que Ahora Patria se había sumado a la coalición en el 2021, que su partida no atentaba contra el compromiso de sus partidos fundantes (PRO, UCR) y que la garantía de buenos resultados era la “franquicia JxC” a la que presentaban como inmune a las imperfecciones de sus dirigentes.
Cuando parecía que el control de daños estaba encaminado, se desató un nuevo conflicto con el arribo al frente de Matías Posadas a la coalición. El larretismo acusa a la presidenta nacional del PRO, Patricia Bullrich, del bluf salteño. No sólo le atribuyen el arribo de Posadas a la coalición, aseguran que la maniobra sólo buscaba congraciarse con el radicalismo a cambio de fiscales y recursos para montar una estructura nacional que le permita disputar con chances las PASO presidenciales con el jefe de gobierno porteño. “Lo de Salta se inscribe en esa estrategia. Lo mismo hizo en Neuquén y en Río Negro”, aseguran.
Para tal sector la incorporación fue doblemente perniciosa: por permitir el arribo de una figura poco competitiva que provocó quiebres partidarios. Lo primero se relaciona con las performances electorales del propio Posadas en la capital salteña: 16,3% (47.556 votos) en las PASO del 2019 cuando perdió con Bettina Romero la posibilidad de disputar la intendencia y 11,87% (29.336 votos) cuando siendo funcionario de Sáenz disputó la senaduría capitalina y quedó por detrás de Emiliano Durand y Martín Grande. Esta vez los números mejoraron con respecto al 2021 pero sin superar los del 2019: 32.450 votos que representan el 12,19% del padrón en la categoría intendente.
Demasiado poco, dicen los larretistas, para el costo que supuso: el quiebre del PRO en Salta que se materializó cuando la principal referente del mismo –Inés Liendo– renunció a ocupar un lugar en las boletas en desacuerdo con la incorporación. Se trata de la dirigente que recibió el apoyo de destacadas figuras nacionales, como Mauricio Macri, María Eugenia Vidal o el propio Horacio Rodríguez Larreta.
Para quienes apoyan la candidatura presidencial de este último, lo bueno del desaguisado salteño es que Patricia Bullrich paga los costos: hasta los militantes que acá le respondían la tildan de traidora. Lo verbalizó la propia Liendo cuando a fines de marzo difundió un comunicado que acusaba a Bullrich de permitir el ingreso de Posadas, “un funcionario de Gustavo Sáenz, kirchnerista, que durante la gestión de Mauricio Macri se dedicó a criticarlo e injuriarlo”, para luego agregar que la presidenta del PRO avanzó en contra del Consejo Nacional del PRO y de más de “500 afiliados y dirigentes locales». «No voy participar de esta contienda electoral ni seré cómplice del acuerdo del PRO con el gobernador Sáenz», decía Liendo.
Lo último tampoco era ingenuo. Hacía referencia a lo publicado por el diario Clarín en el mes de febrero informando sobre las reuniones entre representantes de Bullrich con el oficialismo salteño. “El supuesto encuentro se habría tratado de un almuerzo en Las Costas entre Gustavo Saenz y Martín de los Ríos con Federico Angelini y Alejandro Ávila Gallo (operador político de Patricia Bullrich en el noroeste argentino). La intención habría sido solicitar ayuda a Saenz para la fiscalización de las PASO de cara a la disputa nacional interna donde Bullrich se enfrentaría a Larreta por la fórmula presidencial”, informó el matutino. Esta reunión fue desmentida por Angelini, pero luego confirmada a una emisora local por José Gauffín, concejal de Bullrich y ahora diputado electo en las elecciones de este domingo.
Sólo en esa categoría y en la de concejales JxC puede celebrar. Quien más votos cosecho en esas categorías fue Ángel Ortiz. Como candidato a concejal cosechó el 12,34 por ciento de los sufragios. Suficiente para traccionar unos cuantos ediles, pero demasiado poco para una fuerza que tiene chances de ganar una elección presidencial.