miércoles 15 de enero de 2025
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Mirá el video | Viejas bombas de YPF explotan en medio de viviendas y escuelas del norte salteño

Un docente relató la increíble situación que pone en peligro a niños y a adultos que transitan a diario por la zona. Aseguró que las autoridades de la provincia no brindan respuestas.

Una situación insólita se da en Tartagal, sobre la Ruta 86, en medio de viviendas y escuelas a las que asisten chicos de diferentes comunidades originarias de la zona. Allí, en pleno camino, hay viejas bombas de YPF llamadas booster, enterradas hace años, que emergen por las lluvias y ponen en peligro a todos los que circulan por la zona.

Javier Oviedo, docente del lugar, habló con Cuarto Oscuro, nuestro programa de radio de FM La Cuerda, y relató lo que sucede en medio de la indiferencia de las autoridades.

Oviedo dijo que la zona es «una ruta nacional que al costado tiene muchos colegios de los pueblos originarios». «Muchas comunidades de varias etnias van a las escuelas primarias y a los colegios secundarios. Comparten edificios», aseguró, y agregó con la falta de obras de asfalto, el camino, aún de tierra, se ve alterado con cada lluvia.

«Cuando llueve no se puede pasar. Producto de esta lluvia y que el barro se va diluyendo aparecieron los boosters», siguió el docente, de 39 años, licenciado en Educación y oriundo de Orán.

A mediados de marzo, Oviedo y un grupo de docentes de la zona enviaron una nota a Gendarmería y a la Policía informando de la situación, que no es nueva y que no se sabe hasta cuándo puede durar dado que no hay datos de la cantidad de boosters enterrados en la zona. Sólo en el último mes y medio aparecieron cuatro explosivos que fueron detonados por especialistas.

«No podemos estar los estudiantes y los docentes atravesando un campo minado», dijo Oviedo, quien se mostró preocupado por la falta de respuesta de las autoridades del Ministerio de Educación y del Ministerio de Seguridad de la provincia, quienes no responden las notas enviadas.

«¿Qué estamos esperando?», se preguntó el docente, que remarcó el peligro que implica la situación, combinada con el gasoducto cercano que existe en la zona.

«Imagínese usted si esto no es peligroso. El 8 de enero un auto pasó por arriba de un booster y eso complicó las piernas al conductor y la familia quedó hospitalizada. Imagínese si pasa el colectivo con los chicos que van a la escuela o si pasa algo con el gasoducto», dijo, y agregó: «Un niño puede explotar y quedar mutilado».

Oviedo relató que «hay más de una docena de escuelas en la zona» con diferentes dificultades, como falta de copa de leche y de edificios para todos los alumnos. «Los chicos a veces estudian bajo los árboles», dijo.

El docente repasó las distintas protestas realizadas este año. Reclamos que no han tenido respuesta. Ayunos, marchas. Todo ha quedado en la nada. «Las autoridades tienen corazón de piedra. No nos dan una audiencia, no nos dicen nada. Son ministerios fantasma los de Educación y Seguridad. Nos da tanta tristeza presentar notas y saber que las notas duermen en la burocracia. Hacen oídos sordos a todo, y no creo que vivan en una caja y no sepan lo que pasa», declaró.

Además, Oviedo dijo que «son muy pocos medios los que se hacen eco» y remarcó que hubo sitios de México y de España que sí dieron a conocer la situación.

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