«La Poesía nos prolonga en el otro», dijo Hugo Francisco Rivella, durante la ceremonia.
El poeta salteño Hugo Francisco Rivella fue condecorado en España. Recibió la medalla Fray Luis de León de Poesía Iberoamericana, otorgada por el Ayuntamiento de Salamanca.
Se trata de un galardón que concede el encuentro coordinado por el poeta peruano-español Alfredo Pérez Alencart .»Es todo un honor que Salamanca se convierta por vigesimoséptimo año en un puente entre poetas de un lado y otro del Atlántico», declaró el Alcalde de Salamanca, Carlos García.
En el encuentro también participaron Fredy Yezzed (Colombia), Harold Alva, Omar Aramayo, Roger Santivanez (Perú) y Andrés Morales (Chile).
Rivell, nacido en Rosario de la Frontera en 1948, aseguró en su discurso de agradecimiento que «la poesía nos escribe de a ratos».
«Hoy estoy aquí porque la poesía nos prolonga en el otro, nos desnuda, nos transparenta para no traicionar lo pensamos y la palabra nos lleve al corazón de Dios. Tiende lazos como la rosa que cuida el Principito», siguió.
«El que ensucia las palabras no puede lavarse la boca, decía Santoro. Los bambara No quiero continuar el viaje, pasar como si nada, desmoronarme en una esquina. No quiero sobrevivir a lo que escribo sin dimensionar cada palabra. Cada rosa en la calle Cada luna en el techo de las casas del pueblo», agregó.
Para el salteño, «la palabra protege nuestra memoria más allá del déspota de turno. Sostiene la utopía. Nos permite declarar nuestro amor, aventar a la guerra. Gritar que estamos en contra del engaño, de la traición, del terror del venado huyendo de la muerte. Sentir que en el barro los sapos iluminan la lluvia y la luna es un caballo hecha con maderas de sándalo».
«Poesía te vivo como un desafío. Aunque cuando se va deja en mis manos un puñal de punta perfecta, como decía Glauce Baldovin. Porque en vos la Palabra golpea cada uno de nuestros actos. Nos traba. Nos condena. Nos obliga. Nos compromete. Nos Hunde. Nos levanta. Nos trastabilla. Nos huye. Nos niega. Nos ofrenda. Nos ciega. Nos horada. Nos lava… Nos salva. Y casi como un eco seguiré repitiendo que la Poesía une lo sagrado con el hombre. La mujer. La Humanidad», finalizó.