Con la imagen de Macri muy afectada en la provincia y el conurbano, la gobernadora tiene la guardia en alto por una amenaza latente del peronismo que, si se concretara, pondría en serio peligro su permanencia en el poder.
El peligro es simple: que el peronismo bonaerense presente un candidato a gobernador de consenso que vaya pegado a las boletas presidenciales del kirchnerismo, por un lado, y de Alternativa Federal, por el otro. “Semejante jugada le pondría una cima casi inexpugnable a la gobernadora”, sentenció en su edición de hoy el diario La Nación que aseguró que la maniobra es muy compleja en términos políticos, pero por ahora factible en términos legales.
“El propio Cambiemos se benefició de ese resquicio jurídico para garantizar su histórico triunfo de 2015 en Jujuy, donde Gerardo Morales fue candidato a gobernador enganchado tanto a la boleta de Macri como a la de Massa” señala el mismo medio.
En el gobierno de Vidal se encendieron las alarmas. El jefe de Gabinete, Federico Salvai, avisó a la Casa Rosada que necesita ayuda para cerrarle esa vía ganadora a sus rivales. Según revelaron fuentes cercanas a la gobernadora, desde La Plata enviaron al Ministerio del Interior un informe con la solución posible. Se trata de una reforma del decreto 443/2011, de reglamentación de las PASO.
La norma en vigor consigna en el artículo 15 que a la hora de conformar las alianzas electorales «pueden establecerse acuerdos de adhesiones de boletas de diferentes categorías para las elecciones generales». La sugerencia de Vidal es que el Presidente modifique con otro decreto ese artículo, antes de firmar la convocatoria a las elecciones generales de octubre. Fuentes del oficialismo calculan que eso podría ocurrir esta misma semana.
Vidal no quiere sorpresas. «No podemos confiarnos. Si tenemos que perder, al menos no será por ingenuos», ironizó un dirigente que integra el comando de campaña de la gobernadora y espera que el decreto con el alivio llegue cuanto antes.