domingo 8 de septiembre de 2024
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Libertaria salteña | Las becas de la UNSa la ayudaron a graduarse, la suerte la volvió casta política

Emilia Orozco ingresó a la política por un diputado que estuvo cuatro meses preso y juró como concejal cuando un compañero de partido fue condenado por la Justicia. Ahora ataca a la universidad y quiere eliminar beneficios que ella aprovechó. (Daniel Avalos) 

Emilia Orozco simboliza bien la ética del famoso: no aspira al Bien ni a la Verdad; pero sí al dinero, al poder y a ser mirada. Como buena libertaria, lo hace despojándose de los valores solidarios y carga contra ámbitos de los que alguna vez se aprovechó. En estos días volvió a hacerlo. En CNN Salta consideró a la universidad pública como un lugar donde las personas se quedan más de veinte años para recibir becas, comer barato y acceder a boletos gratuitos.

No nos ocuparemos de desmontar las mentiras. Lo hace de manera rigurosa un comunicado de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la UNSa que se puede leer en Instagram. Acá mostraremos cómo ella gozó de beneficios que ahora quiere eliminar. Emilia Orozco, en definitiva, se parece a esos personajes de telenovelas que para aparentar ser lo que dicen ser, deciden enterrar su pasado en cualquier lugar para no volver por allí nunca más.

La universidad a la que atacó fue clave para que ella pudiera cursar Ciencias de la Comunicación. Ni bien ingresó a la UNSa solicitó y accedió a una beca aprobada por la Resolución de Rectorado Nº 0583 de junio del 2007. Allí quedó registrado que percibiría –entre el 1 de marzo y el 30 de septiembre– una beca parcial de 100 pesos que al cambio oficial de entonces representaron 33 dólares mensuales y 231 billetes verdes para el total del periodo comprendido. Cifra módica, pero importante para «facilitar el acceso y/o prosecución de estudios a aquellos alumnos que, careciendo de recursos económicos, observen un buen nivel académico y regularidad en sus estudios (artículo 2 del reglamento de becas aprobado por la Resolución 5 del 3 de enero del 2006)». Desconocemos si Orozco renovó el beneficio en el año 2008. De haberlo hecho no habría por qué impugnar la conducta ni la política de la UNSa de colaborar con los que menos tienen.

Pero hubo más. La UNSa también la ayudó a graduarse. Lo indica la Resolución 44/2012 del Consejo de Investigación (una especie de CONICET interno) que le aprobó un proyecto de investigación para estudiantes avanzados titulado “Academia e Interculturalidad: presencias y ausencias en los planes de estudios de ciencias de la comunicación y ciencias de la educación de la Universidad Nacional de Salta”. La beca supuso que la universidad le pagara la obra social a Orozco y le garantizara un ingreso mensual de 800 pesos entre el 1 de abril del 2012 y el 31 de marzo del 2013. Al cambio oficial de entonces, la cifra representó 182 dólares mensuales en abril del 2012 y 157 en marzo del 2013. La última de las cifras mencionadas representan hoy 213 mil pesos mensuales: casi tres veces más de lo que percibe un beneficiario del Plan Potenciar Trabajo: 78 mil pesos.

No hay que subestimar la importancia de becas de este tipo. Los datos estadísticos lo confirman: casi el 100% de los que acceden a ellas culminan sus estudios de grado. En ello hay mérito propio, pero también un hecho inapelable: pueden dedicarse durante ese tiempo exclusivamente a procesar información que luego volcarán a la elaboración de su tesis de licenciatura. Emilia Orozco no escapó a la regla. En 2013 presentó la suya: “Construcción de la información y producción de la noticia en los casos de suicidio en los medios gráficos El Tribuno, Nuevo Diario y La Nación”.

Gustavo Orozco

Yo los conozco, son dos los Orozco

Los títulos de ambos trabajos revelan una clásica pretensión académica: profundizar en una formación teórica que permita abordar de manera integral distintas dimensiones de lo social. Lo curioso del caso es que esos títulos le servirían a Javier Milei para insistir que la financiación estatal debe reducirse a proyectos provenientes de las ciencias duras porque el resto resultan farsas académicas comparables al análisis de los temas de Ricardo Arjona.

Orozco abandonó pronto los lujos teórico académicos. Puede que ello obedezca a su precoz vínculo con políticos que suelen escaparle a las “jactancias intelectuales” en nombre de lo pragmático, de la necesidad de conocer los vericuetos de la política para ayudar al jefe a pactar, negociar, acordar o cuerpear con el objeto de aproximarse al Poder. Su primera experiencia se dio entre febrero y diciembre de 2017 al sumarse al equipo de comunicación de Salta Somos Todos para competir en los comicios legislativos provinciales de 2017. No le fue mal. En esas elecciones, Gustavo Orozco de Rosario de la Frontera se quedó con el segundo lugar en ese departamento y accedió a una banca en la legislatura provincial.

Se trata de un ex policía de la Brigada de Investigaciones de esa localidad sobre el que pesaron múltiples denuncias por violencia institucional, torturas y hasta el caso de un hombre que apareció suicidado en una comisaría. Gustavo Orozco incluso estuvo detenido durante cuatro meses por una de esas denuncias. Del entonces flamante legislador, los empleados de la Legislatura recuerdan su pose de tipo pesado y la presencia de Emilia en reuniones de comisión. Era la encargada de prensa del paisano. “Una AP [Agrupamiento Político] que tenía un contrato de los más altos”, dicen los consultados. Emilia no niega el vínculo, pero lo maquilla. En Linkedin consigna que entre diciembre de 2017 e igual mes de 2018 se desempeñó como “Asesora Comunicacional de la Cámara de Diputados de la Provincia de Salta”, sin mencionar el vínculo con el ex policía.

Emilia Orozco en el Concejo Deliberante de Salta.

La suerte, un atajo a la casta

Ni bien dejó ese lugar, la ahora diputada nacional se incorporó al “Equipo de Comunicación Campaña Electoral a la Gobernación de AHORA PATRIA”. Era 2019, tiempos en donde los amarillos apostaban a que Alfredo Olmedo se impusiera en las elecciones de noviembre de ese año en la categoría gobernador. No pudo ser. El sojero quedó en un cómodo tercer lugar con el 15% de los votos. Once menos que el segundo (Sergio Leavy) y a casi 40 de Gustavo Sáenz.

A Emilia, al principio, le fue peor. Ocupó el sexto lugar de la lista de concejales por la capital salteña. Lista que se impuso en los comicios, aunque sólo garantizó bancas a los cuatro primeros candidatos. Fue entonces cuando el factor suerte entró a la cancha. Nos referimos a ese tipo de situaciones que en términos lógicos nunca sucederían, aunque la rara alquimia de hechos fortuitos y conductas desopilantes producen un escenario excepcional que favorece a la “suertuda”. Al primero de esos episodios lo protagonizó quien encabezaba la lista –Alberto Castillo–, que migró sin complejos del olmedismo derrotado al saencismo triunfante aceptando un cargo en el Ejecutivo provincial. La partida permitió que quien había ocupado el quinto lugar de la lista asumiera en la banca que el “Beto” dejaba vacante.

En abril de 2021 ocurrió el segundo episodio. Otro concejal de Ahora Patria, el humorista Ricky Flores, debió renunciar al cargo tras haber sido condenado por el delito de ¡robo en banda! Curioso el caso de Emilia Orozco. La mujer que quiere encarcelar a las personas desde los trece años en nombre de la seguridad; la que se regodea con pares que visitan a genocidas que secuestraron, torturaron, asesinaron y desaparecieron a miles de argentinos; la que accedió a la política profesional prestando servicios a un legislador que estuvo preso; también accedió a una banca de concejal gracias al delito que un compañero de partido debió pagar. No importaba. Ella llegaba por fin a un trabajo con título pomposo, sueldo abundante y beneficios que la enorme mayoría de salteños desconocen.

Los privilegios durarían hasta diciembre, salvo que fuera reelegida por un nuevo mandato. Se sumó entonces a la lista que encabezaba el referente del PRO, José Gauffín, que en las legislativas provinciales de agosto del 2021 se impuso con el 15% de los votos. El resultado garantizó bancas para los primeros cinco candidatos. Emilia era la cuarta. Tenía por delante dos años para destacarse como edil. No lo hizo. Su pobre desempeño contribuyó a que ese Concejo Deliberante todavía hoy sea recordado como “el peor desde el retorno de la democracia”. En 2023, el proceso electoral confirmó la opacidad de la entonces concejala. Orozco debió conformarse con secundar a Eduardo Virgili en la lista de su partido Ahora Patria, que entonces apoyaba la candidatura a gobernador del kirchnerista Emiliano Estrada. La lista de Orozco en ese frente fue la que menos votos cosechó en la categoría concejal: apenas 5.557 que representaron el 2% del padrón. Sin renovación de bancas, Orozco estaba obligada a dejar el Concejo en diciembre de 2023.

Pero la suerte volvió al auxilio de la Licenciada a través de un episodio que los creadores de Los Simpsons bautizaron como “Un Homero”: el blooper que sale bien. Ocurrió en una sesión de mayo de 2023, cuando Orozco pidió mayor compromiso a sus pares para justificar los 900 mil pesos de bolsillo que embolsaban por mes: por entonces 3798 dólares. Lo obsceno habría pasado inadvertido de no haber sido por la reacción de su par José García, que con los brazos en alto y los dedos acusadores gritaba que él se merecía cada peso. Orozco fue silueta secundaria de la escena, pero al menos era actriz de reparto en una escena que se volvió viral y sirvió para autopercibirse como una luchadora contra los privilegios de la casta. Lo ocurrido, además, le resolvió un problema al partido Ahora Patria: con Olmedo sin deseos de volver al Congreso Nacional y con un Carlos Zapata que ya estaba en ese lugar, en junio de 2023 decidieron que Orozco encabezara la lista de diputados nacionales en reemplazo de un aburridísimo Julio Moreno que era el plan original del partido.

El resto es historia conocida. El fenómeno Milei hizo que los 5557 votos de Orozco en mayo de 2023 se transformaran en 288.286 en octubre del mismo año en toda la provincia. Hay quienes dicen que la licenciada cree que la mayoría de esos votos son efectivamente de ella. Difícilmente crea semejante disparate. Lo indudable, sin embargo, es que desde entonces Orozco ejecuta una forma de construcción política que un politólogo italiano muy leído en las carreras de periodismo y ciencias de la comunicación, Giovani Sartori, definía como propio de los del Homo Videns. Se refería a quienes entienden el mundo sólo a partir de las imágenes y deciden ser imagen a cualquier precio, que redundan en lo cursi para lograr notoriedad, que terminan convirtiéndose en una caricatura de celebridad mediática y que se aferran al espectáculo como herramienta de instalación y seducción.

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