viernes 25 de abril de 2025
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Legislatura salteña | Diputada recordó a sus compañeros de juventud desaparecidos por la dictadura

Fue en la sesión de ayer. La oranense Ramona Riquelme retrató el horror desatado por el Golpe de Estado de 1976 recordando a sus compañeros de militancia asesinados. “Sepan que no fue fácil conseguir la democracia”, sentenció.

La enfermera no tuvo reparos en manifestar que el aniversario de aquel Golpe de Estado le trae recuerdos ingratos y rememoró su juvenil militancia en una agrupación peronista en la que compartió momentos con dirigentes que luego fueron desaparecidos y asesinados por el terrorismo de Estado «como Sergio Copa. He perdido un compañero que me enseñó lo que eran las verdades del peronismo, Lucho Vuistaz». «Siento en mi corazón que también se fue parte de mi vida, de mi juventud». «Los militares fueron muy perversos con la ciudadanía argentina, no pedían permiso, arrebataban las casas, corrían a las mujeres embarazadas. Gendarmería hacía lo mismo», recordó con la mirada fija en su pupitre.

“Cuántas cosas malas hizo el gobierno de facto, cuántas cosas perversas nos pasaron a nosotros los que militábamos y los que quedaron en pie y los que se fueron. Hoy acá hay muchos jóvenes -agregó levantando la vista- que están dentro de la política y no saben lo que es la memoria, la verdad y la justicia de lo que hemos vivido nosotros”, fueron las palabras de Riquelme que destacó la sección local del diario Página 12.

En otro tramo de su discurso, la diputada de Orán pidió cuidar “la democracia porque estamos abriendo puertas muy malas» y respetar la memoria de «aquellos que entregaron la vida (…) para que hoy tengamos la libertad de hablar, de expresarnos, de decir lo que se nos dé la gana. Antes no era así, te cosían la boca, te mandaban a barrer la pared con las uñas. No éramos dueños de nada porque los milicos se apoderaron de nosotros».

“Sepan que no fue fácil conseguir la democracia, se perdieron muchas vidas» y «hay vidas que todavía no se sabe donde están». En los años del terrorismo estatal no sabían qué podía pasarles. “En la universidad, a un profesor lo ví un día al otro día no estaba, se lo llevaron. Un amigo, Mario Luna, conversé con él una tarde, a la noche se lo llevaron en un Ford Falcon. Pero no podíamos decir nada, hoy tenemos libertad, cuidemos la libertad, cuidemos la democracia”, advirtió.

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