Un breve repaso a los que se animaron a abandonar el escenario y ponerse la banda.
Este martes a las 16 en Villa Floresta David Leiva lanzará oficialmente su precandidatura a intendente de la ciudad.
Leiva, actual concejal, forma parte de la Lista Ciudad con Todos. El acto será en Isasmendi y Delgadillo del popular barrio.
Leiva deberá luchar no sólo en la interna sino también contra los prejuicios que lo señalan como un outsider de la política. «Hay muchos que fogonean esto de ‘qué sabe el negro’, ‘cuánta preparación tiene’», dijo Leiva la semana pasada. «A mí me han criado con la capacidad de romper todo tipo de fronteras. En mi familia, desde que soy un niño, he aprendido, dentro de los escenarios adversos, a ponerle el pecho y con sacrificio salir adelante», agregó.
«Mi preparación ha sido distinta a la de muchos otros. Yo no vengo de una familia adinerada que me pagó una carrera universitaria pero he hecho mis estudios primarios, secundarios en la Escuela Normal después de venir de veinte shows con Juveniles Panda. A los 16 años me dejaban en la puerta de la escuela a las 8 de la mañana un día lunes. Me inscribí en la Universidad de Tucumán para continuar una carrera universitaria, mis tiempos laborales no me permitían estudiar y he desistido, pero mi formación tiene que ver con otras cuestiones», explicó Leiva en el mismo programa de Canal 4.
Lo cierto es que no será la primera vez que un cantante decide cambiar de rubro y pasar de agitar a las masas con música a movilizarlas con discursos proselitistas.
En nuestro país el ejemplo más obvio (y exitoso) quizás sea el del tucumano Ramón «Palito» Ortega, que no sólo se volcó a la política con éxito sino que llegó a gobernar su provincia y a ser candidato a vicepresidente. En 1991 accedió al cargo y lideró Tucumán hasta 1995. Le ganó nada menos que a Antonio Domingo Bussi. La última etapa de los noventa lo tuvo como senador nacional. En 1999 fue el compañero de fórmula de Eduardo Duhalde. Perdió contra la Alianza de Fernando de la Rúa y Carlos «Chacho» Álvarez.
Existen otros ejemplos de músicos de distintos géneros de nuestro país que han sido funcionarios o candidatos: Litto Nebbia, Teresa Parodi, Diego Boris. Un caso curioso es el del famosísimo Piero, que en 2018 se lanzó como candidato a diputado ¡italiano! “Me dijeron que era el que más medía y les dije, ‘¿eso es bueno o eso es malo?’”, bromeó.
En el mundo sobresale el caso de Peter Garret, cantante australiano que en los 80 se hizo famoso en todo el planeta gracias al megahit «Beds are Burning» de su banda Midnight Oil. La canción, una pieza que destacaba los derechos de los pueblos originarios, tenía un estribillo irresistible que aún hoy suena en las radios. Garret llegó a ser ministro de Medio Ambiente de su país.
Gilberto Gil es uno de los íconos de la música popular brasilera y además uno de los símbolos del cambio de época que representó el gobierno de Lula Da Silva. El cantante fue ministro de Cultura de Brasil entre 2003 y 2008. En los 80 y 90 fue concejal.
«Yo vivo de la música y he hecho, gracias a Dios, mi negocio y mi empresa de la música. Dejaría de lado mi actividad artística para abocarme a una gran responsabilidad de ser intendente de la ciudad. Para mí no es nada menor. Para mí es una gran decisión ya ser precandidato, lo hago con total responsabilidad», dijo Leiva. Los que lo conocen dicen que le sobra conocimiento de los barrios de la ciudad.
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