Un joven de Tartagal fue detenido por portación de arma de fuego. Dos semanas después fue internado con desprendimiento de riñón, hígado deteriorado, un pulmón sin funcionar y una pierna con peligro de amputación.
Franco Nolasco Centurión, de 29 años, se encuentra internado en la terapia intensiva del hospital San Bernardo de la ciudad de Salta en estado muy grave, con varias lesiones que habrían sido generadas durante su estadía en la comisaría 45 de Tartagal, donde estuvo detenido durante dos semanas por tener un arma en la mochila.
El joven tiene desprendimiento de riñón, un pulmón que no funciona, hígado deteriorado y una úlcera en la pierna izquierda que podría generar una aputación.
Santos Nolasco Centurión, padre del joven, habló con el diario El Tribuno y aseguró que su hijo fue «aporreado» en la comisaría por policías a quienes calificó como «boxeadores que se entrenan con todos los presos».
Nolasco Centurión dijo que su hijo fue detenido el 11 de noviembre, cuando fue interceptado por la Policía de Tartagal en un control que realizaban en una calle de la ciudad. Franco quedó detenido por tener un arma en la mochila. Su padre asegura que se trataba de una pistola que el joven había encontrado poco antes, en un campo en el que estaba trabajando.
«Se fue por el camino Balbuena a juntar algarroba. En medio de los yuyos encontró una pistola vieja y la puso en su mochila», dijo el hombre, que señala a los policías como los agresores de su hijo.
«Esa misma noche lo aporrearon en la comisaría y lo peor es que esperaron once días para llevarlo al médico. En total estuvo preso quince días. Después de darle el alta le dieron la libertad», agregó el padre, que recibió a su hijo tras esa primera internación.
El alivio duró poco. Franco orinaba sangre y se sentía mal. Debió ser internado nuevamente. Primero en Tartagal, luego en Salta.
«Mi hijo tiene una herida grandísima en la pierna izquierda, desde el tobillo hacia arriba y los médicos quisieron cortársela en Tartagal, pero yo me opuse», dijo el padre, que agregó que un testigo le aseguró que los policías desnudaron a Franco y lo obligaron a hacer saltos rana, mientras se reían de él y le propinaban patadas en los glúteos y la espalda.
«Quiero conversar frente a frente con el ministro de Seguridad, Abel Cornejo para explicarle que ellos toman para policías a gente que no está capacitada para ese trabajo. Los policías se envuelven las manos con trapos mojados para pegar y que el golpe sea interno y no visible», dijo Nolasco, que radicó una denuncia en la Fiscalía de Derechos humanos de Tartagal.
Mientras tanto, Franco sigue internado. El joven es un paciente de alto riesgo: sufrió leucemia cuando tenía once años y recibió un transplante de médula ósea.