Como varias provincias del país, la nuestra no escapa al duro panorama: caída de la recaudación por la recesión, pérdida de fondos coparticipables y default de títulos en pesos.
Las administraciones provinciales mostraban hasta hace unos meses buenos números fiscales en base a las mayores transferencias de recursos coparticipables por parte de la Nación. Sin embargo, la magnitud de la crisis desploma la recaudación y afecta a impuestos nacionales coparticipables, como el IVA y Ganancias. “En lo que va del año, por ejemplo, la recaudación del IVA subió en términos nominales un 40% según AFIP, 15 puntos por debajo de la inflación. Ganancias, por su parte, le empata a la variación de los precios”, destaca un informe de Página 12 que pincela las complicaciones.
El mismo medio recuerda que más del 80% de los ingresos fiscales de las provincias provienen de la recaudación de Ingresos Brutos (IIBB) que ahora sufre un embate por dos frentes: menor nivel de actividad y que muchos contribuyentes dejan de pagarlo para soportar la crisis. “Es decir, IIBB pierde tanto por caída de la actividad como en la capacidad recaudatoria. De ahí que los ingresos provinciales vengan sufriendo por la crisis”, resalta el informe a partir de los números difundidos por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) que – a su vez – recuerda que “corren más riesgos de deterioro fiscal las provincias del norte del país, que dependen mayormente de los envíos de fondos coparticipables”.
Otro de los puntos que afecta a las finanzas provinciales se relacionan con las medidas lanzadas por el gobierno nacional tras las PASO del 11 de agosto: la suba del mínimo no imponible más devolución de Ganancias y la quita del IVA en alimentos hasta fin de año. En ambos casos se trata de impuestos coparticipable e implica una pérdida de recaudación para las provincias del orden de los 26 mil millones de pesos de acá a diciembre para el primer caso; y de otros 5 mil millones para el tema IVA. “En total, son unos 30 mil millones de pesos que dejan de percibir las provincias”, enfatiza el escrito.
No resulta menor el hecho de que las provincias se sumaron al festival de la deuda externa en 2016 y 2017 de la mano del Gobierno nacional. Se calculan emisiones provinciales por 12.336 millones de dólares de deuda de los cuales la provincia de Buenos Aires emitió unos 5100 millones. Entre las provincias que aparecen más comprometidas no se encuentra Salta – sí Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe – pero la nuestra tiene deuda en dólares.
No menos complicadas resultan las consecuencias del llamado default selectivo. En ese sentido hay que recordar que los títulos en pesos emitidos por el Tesoro nacional y defolteados eran instrumentos de usual utilización por varias administraciones provinciales. “La decisión de reperfilar genera nuevos inconvenientes financieros para las provincias, que a su vez tendrán que ‘reperfilar’ sus obligaciones con proveedores y otros acreedores”, dice Página 12.
Según datos de la UNGS, Buenos Aires invirtió unos 500 millones de dólares en los títulos defolteados, seguida de San Juan (234 millones), Mendoza (205 millones), la Ciudad de Buenos Aires (123 millones), Río Negro (83 millones), Salta (35 millones), Formosa (20 millones), Santa Fe (20 millones), Catamarca (15 millones) y La Rioja (13 millones).