viernes 7 de febrero de 2025
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La columna de Sandra Carral Garcín | Reflexiones en tiempos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático

Cabe señalar ciertas inquietudes que lamentablemente no se están teniendo en cuenta, y que también tienen que ver con el equilibrio necesario para la vida en nuestro planeta. No sólo la humana, sino también la animal y vegetal.

Ya hemos mencionado en esta columna los contenidos generales en relación con estas preocupaciones y ocupaciones para producir una tendencia de cambio en cuanto a hábitos de la población en general, y sobre todo de quienes son los principales responsables de los hechos que han provocado la realidad actual del planeta. En particular, un sistema económico definido y sustentado por los propios organismos y gobiernos que ahora dicen que hay que cambiar de modelo, y otros que se resisten a ello.

Lo vemos en nuestro país, donde justamente en el discurso electoral, una misma fuerza política puede sostener posturas diversas al respecto. Donde sea que uno analice, ocurre esto. No vemos en efecto, como a nivel global, a nadie inquieto con lo que está pasando desde el inicio de la pandemia, que no sólo está afectando de forma más aguda y terrible que el cambio climático, sino que está produciendo de facto cambios y retrocesos en la ganancia de derechos a los cuales varias generaciones, incluso sufrientes de guerras mundiales, han contribuido.

Los 17 ODS -Objetivos de Desarrollo Sostenible- de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas constituyen un equilibrio de metas a lograr coordinadamente, en el entendimiento y respeto de las soberanías nacionales. Pero esta agenda, hoy muy mal percibida por muchos sectores, ha quedado relegada al dominio de lo abstracto por una parte, y de la paradoja por la otra. Es lo que notamos quienes estamos real y honestamente (sin conflictos de interés) involucrados con el bienestar general que redundaría de medidas correctamente tomadas. El bienestar general debiera siempre prevalecer, en lugar de ciertos intereses sectarios promovidos como filantrópicos sin serlo.

Los movimientos y decisiones aplicados sin conocimiento ni pericia, con tan malos resultados que aún seguimos en pandemia, no han beneficiado a la mayoría de la población, sino a un grupúsculo de millonarios intereses que englobamos en los genéricos BigTech y BigPharma. Mientras, traduciendo esto al lenguaje de los ODS con algunos ejemplos, ha ocurrido lo siguiente:

– ODS1 Fin de la pobreza: como nunca ésta ha aumentado, quedando los sectores relegados aún más relegados, y quienes tenían cierta autonomía, dependientes de dádivas o en el peor de los casos, sin ninguna contención gubernamental. Muchos quedaron sin sustento, no por la pandemia, sino por excesivas medidas confinatorias y otras, que ni siquiera sirvieron para parar la COVID-19 (por el contrario bien manejada en países que no confinaron o confinaron poco, en tiempo y amplitud, y que aplicaron tratamientos tempranos seguido a testeos, sin dejar a su población librada a aplicaciones remotas que no proponían ninguna solución: la atención médica presencial y personalizada es irremplazable).

– ODS 2 Hambre Cero: como consecuencia de lo expresado en el ítem anterior, el retroceso ha sido, es y será espectacular.

– ODS 3 Salud y Bienestar: nunca ha sido tan difícil y tan lejana la posibilidad de acceso a la atención médica, por los confinamientos practicados, por medidas administrativas que hicieron caso omiso de la necesidad de controles y tratamientos de rutina y paliativos de otras patologías que no fueran la COVID-19. Cabe preguntarse, en cuanto a la mortalidad por ejemplo, cuál ha sido la incidencia de medidas que buscaban, erróneamente, disminuir la mortalidad confinando a la gente en sus casas, dejando a muchos en la incertidumbre y la precariedad sanitaria. No olvidemos las consecuencias psicológicas por ejemplo, de medidas tomadas sin evaluar los daños en todos los aspectos y en toda la población, cualquiera fuera su condición etaria.

– ODS 4 Educación de calidad: en varios países, como el nuestro, la ausencia de clases presenciales ha provocado un gran retroceso y pérdida de más de un año de clases, siendo la calidad fluctuante según la base tecnológica de las instituciones educativas, lamentablemente en correlación con la capacidad económica de los sectores involucrados. La mayor desigualdad de acceso a la educación ha sido por esta causa.

– ODS 5 Igualdad de género: la violencia doméstica ha sido favorecida por los encierros, la falta de atención adecuada, las medidas inoportunas que no tuvieron en cuenta un sinnúmero de detalles propios a esta problemática la incrementaron.

– ODS 6 Agua limpia y saneamiento: aún hoy, por ejemplo en nuestra misma ciudad y en la provincia de Salta, el recurrente problema de la disponibilidad del agua en cantidad y calidad lacera la cotidiana existencia de la gente.

– ODS 7 Energía asequible y no contaminante: las consecuencias de lo mal actuado, o de lo mal planificado, generan la incertidumbre en cuanto a la seguridad energética clásicamente hablando, lo cual tiene que ver no sólo con una cuestión de inversión y eventualmente cambio de modelo, sino también con una intencionalidad en volver a los países y a la gente, dependientes de un solo modelo implementado de forma intempestiva y no gradual.

– ODS 8 Trabajo decente y crecimiento económico: otro objetivo que ha sufrido como nunca el atropello de medidas supuestamente sanitarias en desmedro de la integralidad de lo que constituye una vida humana, la cual consiste, fundamentalmente, en ser capaz de lograr su propio sustento.

– ODS 9 Industria, Innovación e Infraestructura: el paradigma que se quiere imponer como solución a partir de la pandemia, consiste extrañamente en un reemplazo de lo natural por lo artificial, nada más alejado del Desarrollo realmente Sostenible, que no es sólo una cuestión de marketing sustentable, sino una noción práctica con fundamento real y filosófico.

– ODS 10 Reducción de las desigualdades: jamás se ha visto tal aumento en las desigualdades. Basta ver cómo con la amenaza confinatoria, de un día para el otro los esenciales eran mejores que los no esenciales, y de un año al otro, los vacunados son mejores que los no vacunados. Y todo esto, sin ningún sustento científico.

– ODS 11 Ciudades y Comunidades Sostenibles: por todo lo expuesto, las medidas pandémicas hicieron de todos los habitáculos lugares insostenibles, imposibles, asfixiantes, ansiógenos, aún ahora. Las previsiones anunciadas con un cambio de modelo de civilización generan aún más la normal reacción de ciudadanos comprometidos con valores fundamentales de la existencia, como por ejemplo, la libertad.

– ODS 12 Producción y Consumo Responsables: con sólo nombrar el modelo de instauración y autorización (uso de emergencia) de las vacunas COVID-19, sin estudios de riesgo sanitario y ambiental previos a ensayos clínicos, sin responsabilidad de los laboratorios productores, con renuncia a la inmunidad nacional en los contratos establecidos con los productores, etc., se ha corrido mucho la barrera de la responsabilidad standard hacia niveles de los más inseguros.

– ODS 13 Acción Por El Clima: los movimientos de productos sanitarios (por ejemplo, vacunas), la necesidad de refrigeración a niveles no habituales (tratándose de productos de aplicación masiva), la eliminación de la posibilidad de utilización de genéricos disponibles en gran parte de los países del mundo en tratamientos tempranos que no han sido aprobados en la mayoría de los países donde la vacunación ha sido masiva, etc., dejan muy de lado esta preocupación. Y qué decir de la enorme cantidad de desechos generada (por ejemplo, barbijos comerciales descartables), cuando, supuestamente, ya hay demasiados productos de este tipo -además de ser éstos con riesgo sanitario una vez utilizados- que están causando graves problemas en su manejo y disposición final.

– ODS 14 Vida Submarina: otro de los ítems que será gravemente afectado por lo anteriormente mencionado. Y qué pasará con los desechos biológicos y otros de nuevos productos aplicados masivamente, como son las vacunas COVID-19, cuya incidencia comienza a ser estudiada.

– ODS 15 Vida de Ecosistemas Terrestres: también implicada en la contaminación biológica y de otro tipo, consecuencia de la pandemia COVID-19. No se ha visto un real interés en la investigación de las causas y orígenes del virus SARS-CoV-2, siendo que se estudia este tipo de coronavirus ya desde hace años atrás, en laboratorios P4 que trabajan de forma mancomunada en la ganancia de función, por ejemplo, para lograr productos como vacunas. Que no se haga un verdadero esfuerzo, ahora tardío, a partir de organismos oficiales, hace que muchos ciudadanos se pregunten, como lo postulan científicos de gran nivel, si esto no es una acción deseada para instaurar un nuevo orden, por lo demás, ya proclamado en varios cónclaves internacionales.

– ODS 16 Paz, Justicia e Instituciones Sólidas: Lamentablemente, con lo actuado en los tiempos pandémicos, lo que se ha observado es la demolición de valores y derechos fundamentales de los ciudadanos, con lo cual, ni la paz ni la justicia ni las instituciones pueden hoy considerarse sólidas, sino maleables en función de otros intereses que no son los defendidos por una serie de estamentos normativos cuya existencia no ha impedido una avalancha de atropellos en todo nivel.

– ODS 17 Alianzas para lograr los objetivos: las alianzas que quedaron a la luz son, justamente, las que permitieron que ciudadanos de todo el mundo queden expuestos a una serie de excesos institucionales, sin poder ser defendidos por los mismos organismos que decidieron imponerlos, siendo otros particularmente concernidos por estas acciones, invisibilizados o silenciados o directamente participantes de los mismos.

Ante este deprimente panorama, para el que no esté acostumbrado a la razón y a la lucha, es muy difícil poder tener esperanza en las directivas que puedan tomarse en esta COP26, si allí no se toma conciencia de que la supervivencia del planeta y de las generaciones vigentes y futuras no depende sólo de medidas contra el cambio climático. Si no se protegen los avances de la especie humana, que si bien no ha sabido salvaguardar el capital natural (refiriéndonos sobre todo a los sectores que definen estas cuestiones en función de sus propios intereses y ganancias), de ninguna manera se podrá llegar a la meta con la destrucción de lo que conocemos como civilización.

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