La posibilidad no se descarta para los comicios de agosto (PASO) y octubre (generales) del año próximo, cuando el país y Salta elijan diputados y senadores nacionales. Lo que nadie duda es que las elecciones se realizarán con o sin pandemia.
A 10 meses de las próximas elecciones nacionales la pregunta de quiénes se encargan de su organización es si se serán con o sin pandemia del coronavirus. En el país ya se suspendió una elección por el coronavirus. Fue en la ciudad de Río Cuarto, Córdoba, donde los comicios para intendente y concejales -se prorrogaron los mandatos de las actuales autoridades- se postergaron dos veces por un rebrote del virus. La próxima fecha es el 29 de noviembre. Tras esa resolución, tanto la Cámara Nacional Electoral como la Dirección Nacional Electoral (DINE) comenzaron a tener reuniones con los protagonistas de cada comicio para pensar en un posible escenario de elecciones con pandemia.
Ante eso surgieron algunas ideas con aceptación general. Nada está definido, pero es lo que se está hablando por la decisión del gobierno nacional de que haya elecciones con o sin virus. Las elecciones primarias tienen fecha para el 8 de agosto del año que viene y las generales para el 24 de octubre. Se eligen senadores y diputados nacionales. También habrá elecciones para legisladores provinciales. Cada provincia tiene la facultad de elegir si se hacen en simultaneo con las nacionales o en otra fecha. Para el caso que siga la pandemia lo que se planteó “es que se haga todo en simultáneo para que el masivo movimiento de gente sea una vez”, resaltó el sitio Infobae en su edición de hoy.
Entre las ideas que barajan, una es que haya más lugares de votación con menos mesas y menos votantes por cada una de ellas. Así la cantidad de gente será menor. También se propuso extender el horario de votación -que es de 8 a 18 horas-, algo que requiere una decisión del Congreso ya que está contemplado en una ley.
Sobre los votantes surgió el caso de las personas que son grupo de riesgo ante el coronavirus. Allí aparecieron varias propuestas: que se fije un horario especial para que voten, que sea con turnos o en una mesa y cuarto oscuro especial. También que no sean convocados como autoridades de mesa. En este tema surgió una pregunta: ¿puede quedar exceptuado del voto una persona de riesgo que quiere no exponerse a ir a un lugar con gente? “El voto es obligatorio y la gente siempre quiere votar. Por eso hay que arma protocolos específicos”, opinó Jorge Landau, apoderado electoral del Partido Justicialista a nivel nacional y de la provincia de Buenos Aires. Respecto de los lugares de votación se planteó el uso de sus lugares abiertos.
Otra discusión es sobre si se puede votar de manera desdoblada, es decir sábado y domingo para que haya menos cantidad de gente por día. Para Landau “lo único que generarías es incertidumbre. La custodia de las urnas la hacen las fuerzas de seguridad que el día anterior ya están en los colegios, duermen ahí. El sistema electoral argentino es muy bueno, sólido, que hace que quien surja del voto popular lo haga con legitimidad. Si cambias eso podes poner en riesgo esa legitimidad”, opinó. Para otros sí es una opción: usar dos urnas. Una para cada día y la del primer día se lleva bajo custodia al lugar donde se hará el escrutinio.
Todos coinciden en que se debería buscar un sistema tecnológico para que el votante acredite su identidad sin tener que darle el documento al presidente de mesa y así evitar un contacto. La boleta única fue otro tema recurrente en las reuniones y un pedido unánime de las organizaciones civiles ante la Cámara Electoral. “Las boletas las tienen las autoridades de mesa y también los partidos políticos. Y son millones. La gente en el cuarto oscuro hace cortes, deja una parte, otro la agarra, cuando hay que reponer entran todos al cuarto oscuro. Pasa por muchas manos. No sé si es significativo en materia sanitaria, pero a la boleta única la tocan dos personas”, plantea Pablo Secchi.
En la boleta única todas las listas de una misma categoría -diputados o senadores- están en el mismo papel. Es un sistema que se usa en la provincia de Santa Fe. El presidente de la mesa se la da al elector con que una birome marca su voto. Con la boleta única hay un mayor control sobre la sanitización. Lo dice la Cámara Electoral, pero el cambio depende del Congreso ya que el sistema de votación está fijado por ley. “Todo eso es cierto y consistente”, dice Landau. “Pero para cambiar el sistema de emisión de voto se requiere práctica. No se pueden hacer en medio de esta pandemia modificaciones tan traumáticas sobre la forma de votación. En Salta para el voto electrónico necesitaron cuatro elecciones”, plantea. En el país se usa la boleta única a nivel nacional para la votación en las cárceles.
Si la elección se realiza con pandemia ya aventuran que muchos trámites que hoy son presenciales pasarán a ser digitales o por videoconferencia. Las capacitaciones a fiscales y autoridades será casi exclusivamente on line”; tampoco existirán más los padrones en papel y pasarían a ser digitales; y algo similar ocurriría con las presentaciones judiciales de los partidos: “Ese folclore de ir corriendo con las listas antes de las 12 de la noche a las juntas de los partidos se va a terminar y se subirán a la página web del juzgado electoral”.
Lo que en las reuniones también se contempló es un kit sanitario para todas las mesas de votación con alcohol en gel, sanitizantes y barbijos. En una de ellas apareció la pregunta de si sería conveniente que haya guantes descartables para cada votante cuando entre al cuarto oscuro. La pandemia no solo podría afectar la elección, sino también las campañas políticas y el escrutinio. Si continúan las restricciones no se van a poder hacer los actos políticos que conocemos. Ahí aparecen las plataformas digitales y un tema que apareció en las reuniones es la brecha digital donde en algunos lugares no tienen tanto acceso y cómo garantizar la información a los ciudadanos.