miércoles 21 de mayo de 2025
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El peor día del estudiante | Joven boliviano lleva un mes detenido por llevar hojas de coca

José Luis Zurita Delgadillo estudia en la Universidad Nacional de la Plata y baila en la comparsa Caporales Cruz del Sur. Llevaba 30 kilos de coca para la celebración de la Virgen de Urkupiña. Su abogado explica a la Justicia que en el norte es normal.

Zurita Delgadillo está preso desde hace más de un mes en la cárcel de Marcos Paz, tras ser procesado con prisión preventiva por el delito de “guarda de materia prima destinada a la producción de estupefacientes”. El joven advirtió a la justicia que la coca era para el coqueo, práctica que no está penada por la ley mientras se trata de una costumbre arraigada en la comunidad a la que pertenece y mucho más aún en una celebración tan cara a esa colectividad como lo es la de la Virgen de Urkupiña.

El caso pone sobre la mesa la zona gris en la que se encuentra el coqueo, al que muchos, incluso funcionarios judiciales, se empeñan en confundir con el consumo de cocaína. El calvario del joven de 28 años y sin antecedentes policiales, comenzó el 25 de agosto, cuando fue detenido en Villa Lugano. Ese día, de acuerdo a la defensa del muchacho, ante la proximidad de la celebración de la virgen de Urkupiña, el estudiante y su madre habían ido al barrio a proveerse de las hojas de coca necesarias para el ritual festivo. El lugar era el mismo donde habitualmente se aprovisionaban de las hojas que luego repartían en la comunidad para el coqueo, el té, el mate y agregados en comidas típicas de la colectividad.

Tras cargar el auto con las hojas, el estudiante y su madre, que trabajan en el Mercado Regional de Frutas y Verdura de La Plata, fueron interceptados por uniformados que le requisaron el automóvil. En el baúl, los policías encontraron 78 paquetes con hojas de coca, de alrededor de 400 gramos cada uno, unos 30 kilos en total. Después, según la defensa del joven, los policías allanaron sin orden judicial la casa donde madre e hijo se habían aprovisionado de las hojas. En el registro no hallaron ni balanzas ni precursores químicos, ni nada que haga presumir la elaboración de drogas.

El Código Penal establece en su artículo 15, y es el fundamento de la defensa, que “la tenencia y el consumo de hojas de coca en su estado natural destinado a la práctica del coqueo (…) o a su empleo como infusión, no será considerada como tenencia o consumo de estupefacientes”; aunque para el juez del caso (Marcelo Martínez De Giorgi) los 30 kilos de hojas de coca natural fraccionados en paquetes son para fabricar cocaína.

“Por otra parte, según especialistas consultados por este diario, no tiene ninguna lógica sospechar que la cantidad de hojas decomisada tuviera como destino la producción de estupefacientes; incluso la afirmación del juez en el auto de procesamiento suena poco realista, cuando sostiene que según un peritaje policial se podrían obtener entre 187,66 y 247,85 gramos de alcaloides. De acuerdo a esas fuentes, se necesitan entre 400 y 500 kilos de hojas secas para elaborar un kilo de pasta base, de la que se obtiene alrededor de 800 gramos de cocaína”, enfatiza Página 12 en su edición de hoy.

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