lunes 14 de octubre de 2024
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“El combate contra estos fenómenos podría ser inmediato” | Investigador salteño sobre los incendios forestales en la región

Córdoba fue el foco del drama provocado por ese fenómeno durante la última semana. Franco Hessling analizó las causas climáticas, las humanas y los límites de los marcos legales que pretenden resguardar a un medio ambiente siempre amenazado.

Los incendios forestales no dan tregua en países como Brasil, Bolivia, Paraguay y Argentina. Córdoba fue el foco del drama provocado por ese fenómeno que en días se devoró casi 20 mil hectáreas de monte. Sobre eso dialogó hoy el programa Cuarto Oscuro con el periodista, docente universitario e investigador del CONICET, Franco Hessling, quien hace tiempo analiza la relación entre las nuevas problemáticas energéticas – ambientales y su relación con los marcos legales vigentes.

“Estamos cada vez más ante eventos climáticos extremos. Eso es lo que hay. Los negacionistas o los escépticos del cambio climático te van a decir que ‘lluvias, inundaciones o sequías hubo siempre’. Yo no soy ni negacionista ni escéptico, el cambio climático es un fenómeno de hecho y científicamente comprobado. Entonces el tema es el grado de radicalización que tienen los efectos. Así como en algunas zonas del mundo se están viendo sequías o inundaciones inusitadas; en otras zonas hay eventos climáticos extremos relacionados con los incendios forestales que, sin embargo, tienen orígenes multicausales” dijo a modo de introducción Hessling en el programa que se emite por FM la Plaza (94.9).

A la hora de precisar las otras variables, el investigador universitario puso el foco “en los intereses económicos que se mueven atrás para que en esos bosques deje de haber justamente grandes extensiones de árboles y se extienda la frontera agropecuaria. Allí hablamos de intencionalidad”. Al observársele que las sierras cordobesas no son aptas para cultivos extensivos o incluso para la ganadería, Hessling remarcó que “la especulación puede ir no solo hacia la productividad de las tierras, sino también, por ejemplo, a los desarrollos inmobiliarios, turísticos, paseos, montajes. Es algo que está pasando en el mundo y no creo que Argentina sea una cápsula en ese sentido”, sentenció.

Puesto a opinar si los marcos legales vigentes han incorporado principios que contemplen las nuevas variables ambientales y humanas que permitan combatir estos fenómenos, el periodista declaró que ciertos “marcos legales parten de la idea de los ‘presupuestos mínimos ambientales’. Entonces se hacen presupuestos mínimos para los glaciares, los bosques, los hidrocarburos y así. En el ámbito jurídico se las conoce como leyes macro. Eso quiere decir que su articulado está conformado más por declamaciones que luego se hacen operativas a través de leyes provinciales y otros instrumentos como resoluciones, decretos, decisiones administrativas. Pero esos presupuestos mínimos son bastante declarativos. Es difícil estar en desacuerdo con alguna de las cosas que ahí dicen, pero en los hechos no está ocurriendo lo que dicen las leyes”, lamentó.

Al final de la entrevista, al investigador se le consultó si con las herramientas hoy vigentes es posible combatir los efectos del cambio climático. “Recursos económicos sí existen para combatir esta clase de cosas, pero también es una cuestión de redistribución. Esto nos saca un poco de la discusión ambiental. Pensemos en las últimas discusiones que tiene la agenda política argentina: presupuestos universitarios o los haberes de los jubilados. Son discusiones que al final de cuentas representan valores chicos dentro de lo que son los presupuestos de los Estados o los PBI de los Estados. Entonces, todo termina siendo una cuestión de cómo distribuir prioridades. La discusión no es si hay o no hay plata, es cómo distribuirla. Yo no quiero seguir sonando idealista, pero digo que el combate contra estos fenómenos podría ser inmediato con otra distribución de prioridades”, sentenció.

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