La prensa reporta el descenso del comercio en ciudades como Yacuiba. Tras las modificaciones cambiarias de las últimas semanas ahora 1 peso argentino equivale a 0,28 pesos bolivianos.
Las ciudades fronterizas del lado boliviano, como Bermejo, Yacuiba e incluso San José de Pocitos sin duda también fueron afectadas con la debacle del peso que en los últimos días y semanas ha sufrido una caída estrepitosa respecto a su valor comparado en dólares.
La moneda norteamericana equivale a 6,90 bolivianos; en tanto que en pesos tiene un valor actual de 24,97; eso significa que a los niveles de cambio en la frontera con 1 peso argentino se puede comprar alrededor de 30 centavos de boliviano (en el mejor de los casos). Todo esto, sin duda, implica un menor poder adquisitivo por parte de los viajantes argentinos, quienes dejaron de comprar productos en las ciudades bolivianas antedichas.
La prensa boliviana titula: “Yacuiba, se desploma el comercio por caída del peso argentino” en una nota del diario cochabambino Los Tiempos, donde rescatan la voz de varios comerciantes de la zona, quienes relatan lo que acontece por estos días en aquella ciudad.
Por ejemplo el caso de doña Felicia, una mujer dedicada al comercio en Pocitos desde hace más de 20 años. Ella lamenta que su sector deba estar sujeto a los cambios de la moneda argentina, y además recuerda que cuando el peso era equivalente al dólar, sus ventas oscilaban entre 700 y 800 bolivianos por día; sin embargo, desde enero de 2018, sus ventas apenas llegan a 40 bolivianos, y en el mejor día, el sábado, sólo llegan a 130.
Según Fortunato Choque, secretario ejecutivo de la Federación de Gremiales de Gran Chaco, el 80% de la población de Yacuiba se dedica al comercio, y explica que la inestabilidad de la moneda argentina tiene repercusiones desde 2002, por lo que hace más de 15 años el sector gremial respira incertidumbre.
En el momento de mayor auge comercial fronterizo llegaban a Yacuiba entre 150 y 200 buses diarios con ciudadanos argentinos, listos para comprar, sin embargo, ahora solamente llega un bus y, en el mejor día, dos.