Gustavo Farquharson se refiere a cómo la crisis sanitaria que vivimos reedita expresiones cargadas de estereotipos discriminatorios. En muchos casos, esas situaciones devienen en situaciones de violencia hacia migrantes y extranjeros.
Convencidos de la necesidad de luchar contra la estigmatización de los “sospechosos” y la necesidad de reflexionar sobre los efectos que produce en la sociedad ese tipo de estereotipos, los observatorios de discriminación en Radio y Televisión e Internet junto al área de Investigación del INADI, realizaron un análisis sobre algunos de los mensajes que circulan en las redes sociales que contienen expresiones cargadas de estereotipos discriminatorios hacia personas de otros países en tanto migrantes o extranjeras y a personas con cuerpos diversos.
Un repaso histórico de las conductas sociales en tiempos de epidemias, nos permite resaltar que a lo largo de la historia siempre hubo falsas interpretaciones sobre el origen de las epidemias y que ello profundizó la distancia con todo lo considerado como la “otredad”: sea porque se las consideró como un castigo divino, porque reforzaron el temor y el rechazo al extranjero, o se asociaron a interpretaciones morales sobre comportamientos vinculados a la sexualidad, como en el caso de la sífilis o del VIH.
Las diferentes creencias que surgen en medio de esos procesos dramáticos, nos imponen un desafío a la hora de pensar la comunicación pública sobre las epidemias en tanto las creencias que las personas elaboran sobre ellas potencian temores y refuerzan estereotipos que favorecen conductas discriminatorias contra lxs enfermxs o los potenciales afectados, reproduciendo nuevamente esquemas de exclusión en nuestro país.
Argentina como modelo en derechos migratorio
En el año 2003, nuestro país sancionó la Ley Nacional de Migraciones (N°25.871) reconociendo la migración como derecho humano e incorporando una perspectiva regional. La ley reconoce los derechos de las personas migrantes en igualdad formal de condiciones con las nacionales, alienta prácticas sociales contra la xenofobia y reconoce la riqueza de la diversidad cultural. A partir de este avance normativo, se establece a la migración como un aporte a nuestra sociedad que nos enriquece en múltiples sentidos: culturales, económicos, sociales, etc.
Fortalecer lazos de solidaridad para superar la crisis global del Coronavirus
En Argentina, al tiempo que se cuenta con una de las legislaciones más progresistas en materia de derecho migratorio, persisten imaginarios estigmatizantes hacia las personas migrantes o extranjeras. El Mapa Nacional contra la Discriminación (INADI, 2013) revela que las personas migrantes son el segundo grupo de personas con mayor nivel de discriminación experimentada. Las personas que sufren las consecuencias de la xenofobia se encuentran siempre atravesadas por prejuicios y estereotipos racistas. En nuestro país, la xenofobia afecta específicamente a los migrantes latinoamericanos/as, africanos/as, asiáticos/as.
Estos hechos discriminatorios se refuerzan desde algunos medios de comunicación por ejemplo cuando se asocia el virus a China. La falta de información y la propagación de noticias falsas que circulan por la red, extienden rumores y hasta mentiras sobre el virus o sobre la actitud de la colectividad china que refuerza la discriminación. La proliferación de microracismos en relación con la pandemia se expresa en los “memes” que resaltan destacan la prioridad en la llegada del virus por ser “negro y pobre” y también hacia la comunidad asiática como si fueran “portadorxs naturales”, reforzando así las prácticas sociales discriminatorias históricas que padecen ambos grupos.
Frente a la situación excepcional vivida actualmente, desde el INADI instamos a actuar con responsabilidad y sensibilidad social. Resulta importante reflexionar sobre los efectos de todas las formas de violencia y en especial repensar las formas en que nos identificamos. Poner en duda las “normalidades” que se nos imponen y trabajar en el reconocimiento de las diferentes formas que adquiere la discriminación.
El brote del nuevo coronavirus COVID-19 tiene como aliado la desinformación, las noticias falsas, la discriminación y los estereotipos estigmatizantes hacia colectivos y personas históricamente discriminadas; es importante que podamos reflexionar e intervenir desde las “buenas prácticas”, difundiendo solo información oficial y “chequeada” para no atizar la paranoia social al contagio y no promover ni participar en acciones o mensajes que discriminen o estigmaticen la personas o colectivos.
En este marco, los medios de comunicación adquieren un rol protagónico a fin de difundir información fidedigna en pos de contribuir a la prevención y a un freno en la propagación del COVID-19. El uso de una terminología criminalizadora o deshumanizadora crea la impresión de que aquellos que padecen la enfermedad han hecho algo malo o son menos humanos que el resto de las personas, alimentando así la estigmatización, socavando la empatía y pudiendo incrementar en los afectados la reticencia a buscar tratamiento, a someterse a pruebas de detección, análisis o hasta ser puesto en cuarentena. De allí la importancia de un tratamiento responsable y libre de sesgos discriminatorios.