Aunque aparece en la lista de lugares con escasos servicios y de difícil acceso, medios nacionales aseguran que se trata de un destino con sabor a aventura que marcará el turismo que se viene.
No hay dudas de que nuestro país tiene decenas de paisajes de fama internacional que reciben merecidamente a miles de visitantes cada año. Pero no es menos cierto que hay muchos otros que son desconocidos y su belleza amerita que el periodismo de aventura vaya a su encuentro para luego promocionarlos. Es el caso de estas cuevas salteñas que en un informe del diario LA NACION publicado hoy es presentado de la siguiente manera.
“Asombrosas cuevas de intenso color y formas inéditas a 15 kilómetros de Seclantas, en plenos Valles Calchaquíes. Están en propiedad privada, la finca Montenevia, a la que se llega en 4×4 comandada por sus propietarios: la familia Aban”.
Efectivamente, estas cuevas se asemejan a enormes velas derretidas y para llegar al lugar hay que atravesar primero un desfiladero de sorprendentes formaciones rocosas de arenisca rojiza y tonos muy intensos. Durante todo el trayecto es espectacular el juego de colores, luces y sombras, ya que distintos huecos y entradas permiten el ingreso de los rayos del sol a determinadas horas, que rebota en las paredes rojas, ocres y amarillas. “La zona era habitada por los pulares, parte de la gran nación calchaquí, y se cree que estas cuevas eran usadas como lugares de rituales, porque en ellas se encontraron numerosos fragmentos de cerámicas”, enfatiza el escrito cuando describe el lugar.
En otras publicaciones dedicadas al turismo se detalla que las cuevas fueron descubiertas por Fido Abán, de la finca Montenieva, en cuyos terrenos están las cuevas. Fido, que nació en el lugar, donde su familia vive desde hace muchos años, hace de guía en excursiones que se extienden por unas 8 horas. Parten de la finca Montenieva, 3 km al sur de Seclantás, a las 9 am. Luego de andar 20 km en 4×4, al llegar a un profundo cañadón multicolor, hay que subir por escaleras colgantes, con asistencia de los guías, para atravesar otro cañón de distintos tonos rojizos hasta la formación de Acsibi, donde están las cuevas. Son 10,5 km de caminata de bajo nivel de dificultad.