Lo indica una encuesta del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), que midió el humor social entre principios de febrero y fines de marzo. El aumento de casos apuntala esa posición.
Mientras el gobierno apunta a encontrar un punto de equilibrio en el debate entre economía y salud frente al aumento de los contagios de Covid-19, más del 70% de la población parece dispuesto a aceptar medidas más restrictivas. “Si bien la mayoría está de acuerdo, en la práctica están los que pueden cumplirlo y los que no porque tienen que salir de su casa para trabajar”, explicó la consultora Analía del Franco al diario Tiempo Argentino.
Además de la economía, otro obstáculo del gobierno parece ser el sector duro del macrismo, que cree encontrar eco en la población para rechazar medidas de cuidado y distanciamiento. En ese punto, el sociólogo Daniel Feierstein la denomina “minoría intensa” y cree que, con el paso de los días y el aumento de los contagios, la porción de la población que rechaza las restricciones es cada vez menor. “Dada la gravedad de los casos actuales y el casi colapso del sistema de salud, esa minoría intensa se va reduciendo. Pero es un desafío político la respuesta a ese sector”, explica.
La gran incógnita que prevalece es qué sucederá con el núcleo duro de los anticuarentena. Feierstein sostiene que es una “minoría intensa” que está “muy amplificada mediáticamente”. Y que el “direccionamiento del discurso oficial” le terminó dando “más peso del que tiene”. Para el sociólogo, el gobierno “permanentemente le habla a ese sector. Se hace cargo de sus palabras y parecería que se refiere a la mayoría de la población”. Sin desdeñar la importancia del “10 o 15%” de la población que avala las posiciones más duras contra el Ejecutivo, Feierstein considera que “lamentablemente” la “minoría intensa” termina “ejerciendo un rol en la política sanitaria mucho mayor a su peso en la sociedad”.