A través del Boletín Oficial y con el objetivo de evitar nuevas subas en la nafta y el gasoil, se aplazó hasta marzo la actualización del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono (IDC).
Los mismo iban a implicar una suba del 8% -para las empresas- y del 2% en el precio final en el mes más complejo para el gobierno. No obstante y a través del Decreto 820/2021 publicado hoy en el Boletín Oficial, la secretaría de Energía expuso que «tratándose de impuestos al consumo, y dado que la demanda de los combustibles líquidos es altamente inelástica, las variaciones en los impuestos se trasladan en forma prácticamente directa a los precios finales de los combustibles».
El Ejecutivo justificó la medida con el fin de “asegurar una necesaria estabilización y una adecuada evolución de los precios”. Los valores de la nafta y el gasoil en surtidores se encuentran congelados desde mayo pese a un salto del precio del petróleo a nivel internacional donde pasó de u$s69 el barril a un récord de u$s84,71 el mes pasado. Sin embargo la estrategia del gobierno fue desacoplar los precios internacionales de los precios locales para evitar el impacto en la inflación. A principios de este año, YPF encabezó los tres ajustes en lo primeros meses.
Al mismo tiempo, se encuentra en stand by el proyecto de Ley de Hidrocarburos presentada por el Poder Ejecutivo donde se prevé una modificación de la Ley 23.966 de Impuestos a los Combustibles Líquidos (ICL) para establecer el tributo como alícuotas porcentuales del precio de los combustibles líquidos y no como una actualización trimestral por inflación.