El Consejo Directivo del organismo votó una reforma que modifica su estructura institucional tras 70 años. Trabajadores denuncian que viola la legislación vigente y pone en riesgo miles de puestos de trabajo.
El Consejo Directivo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) aprobó este martes una controvertida reestructuración que, según los representantes gremiales, «destruye» la institución tal como funcionó durante sus 70 años de existencia. La reforma, impulsada por el gobierno de Javier Milei, quita atribuciones a la Dirección Nacional para transferirlas al propio Consejo Directivo, canalizándolas a través de una nueva Secretaría de Coordinación Técnica.
La medida fue aprobada en una reunión extraordinaria virtual convocada de urgencia, tras un intento previo en marzo que había generado resistencia. Solo dos consejeros votaron en contra: el veterinario Guillermo Bernardes, representante de universidades nacionales, y el ingeniero agrónomo Guillermo Tettamanti, de la Federación Agraria Argentina, mientras que Jorge Omar Dutto se ausentó de la sesión.
«Abrieron la puerta para avanzar en la destrucción de nuestro organismo y pone en serio peligro los puestos de laburo», advirtió Julieta Boedo, delegada de ATE e integrante de la Coordinación Nacional ATE INTA. Los gremios denuncian que la reestructuración pretende reducir el personal de 6100 a 4500 trabajadores y facilitar el ingreso de actores privados al organismo.
Las organizaciones sindicales señalan que la reforma viola la ley de creación del INTA (21.680, de 1956) y su modificatoria (20.340, de 1973), que define específicamente las funciones de la Dirección Nacional. Carlos Alemany, referente de desarrollo rural que renunció tras la propuesta, calificó la iniciativa como «el paso inicial para despedir personal altamente calificado, disminuir infraestructura, cerrar Agencias de Extensión y reducir programas».
La votación se produjo en paralelo a un ciberataque que afectó al organismo durante el martes, impidiendo que el personal accediera a sus herramientas habituales de trabajo. Esta situación incrementó la preocupación entre los trabajadores, que ya estaban en estado de alerta ante lo que consideran una «virtual intervención» del organismo.
La transformación del INTA se suma a otras medidas adoptadas durante la actual gestión de Nicolás Bronzovich y Beatriz Giraudo, como la anulación de los programas ProHuerta y Cambio Rural, el cierre de la Estación Experimental Agropecuaria Área Metropolitana de Buenos Aires, la clausura de 41 agencias de extensión en todo el país y la subasta del edificio ubicado en Cerviño. Ante este panorama, los gremios mantienen la convocatoria a movilizarse el próximo 24 de abril, cuando se realizará la reunión ordinaria del Consejo Directivo.