La Unión de Rugby de Salta condenó el hecho pero luego se lavó las manos señalando que no pasaron en el ámbito de su institución.
El caso del joven de 17 años golpeado salvajemente por una patota rugbier de unos 7 jugadores de clubes salteños que tienen entre 19 y 21 años, ya tomó estado nacional. Entre los agresores se encontraría un «pumita» y el propio hijo del presidente de la Unión de Rugby de Salta (URS), Carlos Martearena.
Tras varios días de sucedido el ataque en una fiesta de Campo Quijano y diversas denuncias, recién llega el comunicado de la URS al respecto. El mismo es compartido a continuación en su totalidad:
“La URS ante hechos que han tomado algún estado público y que aún se encuentran en etapas primigenias de investigación judicial, en los que habrían intervenido uno o más jugadores de rugby vinculados a clubes locales, ha decidido formular el siguiente comunicado.
Toda actitud de violencia en la que intervengan personas vinculadas a este deporte, sea durante su práctica misma o en cualquier otra situación, es absoluta y enfáticamente condenada desde esta dirigencia tanto provincial como nacional, cuestión que liminarmente dejamos expuesta.
Como arriba se ha indicado, en el caso aún no están del todo claras las circunstancias en que estos hechos se habrían verificado, toda vez que los mismos se desarrollaron en un ámbito no sujeto a la jurisdicción de nuestra institución. Tampoco se ha determinado con precisión, la responsabilidad que pudiera haber cabido a terceras personas no vinculadas a esta URS.
Ello no obstante, esta Unión ha dispuesto instruir a su Tribunal de Disciplina a fin que inicie una investigación administrativa de oficio y, en su caso, tome las medidas punitivas que pudieran corresponder, siempre en consonancia con los hechos que sean puntualmente acreditados”.