Miles de años atrás, ya existía la figura del Asesor Político como Visir, figura que en Salta se reconoce bajo la abreviatura AP y que en esta nota presento como APes para dar cuenta del plural de las y los trabajadores que se engloban bajo este particular formato político/laboral. (Por Esmeralda Siuffi*)
Para el conjunto de las personas, que aceptaron de buena gana la moda de las novelas turcas, inclusive las de época, como “El Sultán”, esta figura de Asesor Político se asocia fácilmente al “Visir”. Ibrahim el Magnífico, como gran visir del Imperio otomano, nombrado por el sultán Süleyman el Magnífico, fue asesinado por orden de su sultán en 1536, y durante su “visirato” el Imperio asoció al Visir con la justicia, la nobleza, el compromiso y la grandeza del pueblo, pese a la existencia de fuertes enemigos.
Del mismo modo que en el Imperio Otomano, fue en Egipto, de igual trascendencia la importancia del “Visir”, incluso logrando contar con una visir mujer, durante la Sexta dinastía. Nebet vivió entre el 2375 a. C. y el 2345 a. C. y al igual que Ibrahim es recordada por la excelencia de su desempeño en el oficio de aconsejar virtuosamente a su Soberano.
En el libro “Gentes del Valle del Nilo” cuenta Parra Ortiz la historia del llamado “Campesino elocuente”, un hombre que logra obtener justicia ante el Faraón, previo apelar a las virtudes del Visir para escucharlo. Del mismo modo en este libro, se alude a la “Investidura del Visir” y a los “deberes” del mismo planteados hace más de 4000 años atrás.
Desde entonces, y a través de la historia, se reconoce la importancia de un buen asesoramiento político, aceptando que los malos asesoramientos desembocan en la caída de reyes, reinas, e imperios, y la tristeza de sus respectivos pueblos.
Rekhmire, el Visir de la XVIII Dinastía Egipcia, transcribió en su tumba las palabras que le dio su Soberano al momento en que asumió su cargo: “Mira, el cargo de visir, muéstrate vigilante respecto a todo lo que se hace en él, puesto que es el pilar de todo el país. En cuanto al visirato, ciertamente, no es agradable; de hecho, es tan amargo como la bilis.”
En la Modernidad, es Maquiavello, quien en “El Príncipe” brinda el consejo determinante para conducirse como Soberano: Es preferible ser temido a ser amado. Considerado el padre de la Ciencia Política, su esbelta presencia como el Secretario Florentino, une aquella imagen del Visir de la Antigüedad con la Edad Moderna: es alguien que colmado de libros, y que gusta de viajar por los confines del reino, hablando con todas las gentes, une el conocimiento de las ciencias y del alma humana, y se predispone a transmitir los secretos de la política a su “Señor” o “Señora”.
Como politóloga, considero que es necesaria una seria reestructuración del régimen de AP de la provincia de Salta. La respuesta a los problemas que presenta el mismo no es la mera reducción de la masa de APes provinciales, sino una profunda lectura autocrítica que implique propuestas de reformulación de este sistema.
Un ciudadano común no tiene idea en qué consiste la labor de un AP. Si es cierto que queremos un Gobierno Abierto, esa labor debe llevarse a cabo de modo que sea clara para el conjunto de la ciudadanía. ¿Quiénes son los APes, qué hacen, dónde llevan a cabo sus tareas, qué le aportan a la sociedad? ¿Cuál es, en suma, la racionalidad de su existencia?
De izquierda a derecha, el arco político salteño está lejano a fortalecer un Estado que sea Social, y antes bien reduce la capacidad de política pública que estamos sosteniendo las y los ciudadanos salteños, al designar personas que parecen más bien cumplir funciones asociadas al espacio doméstico de cada legislador/a.
El alto nivel de discrecionalidad en la selección de una persona que se pondrá bajo el Régimen de AP, también pone en tela de juicio las capacidades de las y los convocados. ¿Hay algún criterio común entre las y los legisladores a la hora de elegir un Asesor o Asesora Política? ¿Cuál es el nivel de pertinencia de las trayectorias profesionales y experiencia de las y los AP con la convocatoria que le realizan desde la Cámara nuestros legisladores para tener la responsabilidad de aconsejar el seguir determinadas líneas de trabajo y no otras?
El desprestigio a priori asociado a esta categoría –la de Agrupamiento Político- y la imposibilidad de realizar tareas comunes pese a pertenecer a diversos partidos/bloques, van mellando la creación de un núcleo de asesores que se constituyan en un soporte real para la provincia de Salta en materia de consultoría legislativa profesionalizada.
Del mismo modo, no conocemos en qué proyectos trabaja cada legislador provincial excepto por los medios de comunicación y aquello que se publica discrecionalmente en una página oficial de la Legislatura, pero no contamos con un sistema donde por cada legislador sepamos de su producción legislativa y por lo tanto podamos acceder fácilmente y de manera fehaciente a leer qué proponen y en qué punto se encuentran sus propuestas.
Esta ausencia de un sistema abierto y público como el que si cuentan en el Congreso a nivel nacional obstruye que se puedan estudiar las trayectorias de cada legislador/a, de cada bloque y por lo tanto impide el ejercicio ciudadano de responsabilizarse por conocer quiénes los gobiernan o desgobiernan y cómo lo llevan a cabo desde el Poder Legislativo local.
Un punto claro y notorio es que sabemos más de sus posiciones personales respecto de alguna situación, que de su capacidad legislativa; tampoco se facilita la tarea periodística, más bien la misma está supeditada a la entrega monopólica de información brindada desde la Cámara que en estas instancias también es discrecional, y favorece a determinados legisladores y desfavorece a otros/as.
Se obstaculiza también la posibilidad de que se lleven adelante estudios sobre política legislativa en términos académicos, puesto que para obtener determinados datos, se deben sortear una serie de impedimentos burocráticos a causa de esta estructuración cercana al oscurantismo, y cerrada sobre sí misma -endogámica-.
Estos dos aspectos analizados, un régimen de AP sin criterios claros de cara al conjunto de las y los salteños, y la ausencia de un sistema de seguimiento de la labor legislativa por cada legislador/a, impiden claramente que se pueda hablar de un Poder Legislativo salteño fortalecido y democrático.
Las salteñas y los salteños, en medio de la peor crisis económica de la Argentina merecemos se transparenten los mecanismos con los cuales se hace la política legislativa. No es posible contar con la credibilidad de la sociedad en la política democrática si no hay capacidad de revisión de los mecanismos que la hacen posible.
Como en el Imperio Otomano y el Egipto de la Antigüedad, y la Italia hija de la Modernidad, en Salta la figura del Visir desde el régimen de APes, puede ser de gran valor: generar equilibrios en el sistema de gobierno, promover la ética en la función pública, y permear de realidad las decisiones políticas al estar profundamente vinculados con las necesidades del pueblo.
Nebet- primer Visir mujer de Egipto- desde el fondo de la historia antigua, alumbra las conquistas de miles de mujeres del presente, avizorando el mejor de los escenarios posibles para aquellas que además del conocimiento tengan el valor de interpelar al Estado y a la Sociedad desde esta compleja posición política.
* Politóloga
