A mediados de los setenta, el legendario artista salteño despotricaba contra las empresas.
En 1976, el Cuchi Leguizamón fue entrevistado por el diario Clarín. En la nota, el genial artista salteño pedía «música detergente» para combatir los negociados de las discográficas.
“¿Sabés quiénes son nuestros enemigos? Las editoriales. Es que si yo llego a destapar las orejas de seis millones de sordos no hay más a quién venderle mamarrachos”, decía, indignado, en un reportaje publicado en septiembre de aquel año en el suplemento Cultura y Nación del matutino porteño, según difundió la revista Rock Salta.
Para el Cuchi, “algún día” se acabarían los mamarrachos. “La vez pasada me decían una cosa que yo vivo repitiendo: en este país habría que hacer música detergente para lavarle a todo el mundo los oídos de las porquerías que les dan los disc jockeys y las promociones comerciales”, decía.
“Un hombre como el Chivo Valladares, de su autenticidad, nunca ha podido conseguir que le paguen dos pesos por sus canciones -seguía-. Es uno de los músicos más importantes que tiene el país, ¿te das cuenta? Ahí está, olvidado en Tucumán, haciendo cualquier cosa. Ese tipo le importa al país. ¿Y sabés qué les interesa a las editoriales? Que ese tipo jamás triunfe. Lo que le interesa a las editoriales es que el público nunca llegue a distinguir una guitarra afinada. Por eso mis enemigos son los propietarios de la cultura popular que en manos de los comerciantes amordazan a este país formidable. Pero igual vamos a seguir peleando hasta que entreguemos los huesos”.