La dirigente wichi salteña fue reconocida por los diputados. En un discurso breve pero vibrante, denunció la situación de los pueblos originarios desde el arribo de Macri al Poder. Trascribimos íntegramente sus palabras y compartimos el audio.
Octorina Zamora es una de las militantes más reconocidas de los derechos indígenas. Es oriunda de Embarcación y representa a la comunidad wichí. Su última gran lucha la protagonizó el año pasado cuando acampó frente al Congreso de la Nación junto con comunidades indígenas para exigir la promulgación de la prórroga de la ley 26.160. La misma había sido sancionada y promulgada en noviembre de 2006 para declarar la emergencia en materia de posesión y propiedad de las tierras que ocupan las comunidades originarias del país, suspendía los desalojos y otorgaba un plazo de tres años para que el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas realizara un relevamiento de la situación dominial de las tierras ocupadas por las comunidades.
Ante la lentitud del relevamiento, en 2009 se ordenó una prórroga por cuatro años que fue renovada en 2013 y que volvió a prorrogarse el año pasado, aunque el presidente Macri no la promulgaba. Ante ello Octorina encabezó en septiembre el campamento de las organizaciones y comunidades de pueblos indígenas frente al Congreso de la Nación.
Ayer fue homenajeada por la Cámara de Diputados de Salta y tras los reconocimientos, hizo uso de la palabra. Aquí trascribimos íntegramente las mismas y las acompañamos con el audio respectivo:
“Buenas tardes compañeros/as, correligionarios/as, camaradas, hermanos. Es un placer estar aquí y en un momento histórico. Tengo entendido que es la primera vez que la Cámara de Diputados en esta Legislatura hace un homenaje a una mujer y nombre de ella a todas las mujeres indígenas que luchamos día a día.
Yo hace 26 años estuve en este recinto. Si me permiten yo tengo unas palabritas que quería compartir con ustedes. Hoy en este recinto vuelvo a exponer mi presencia y mi voz y en ella la de las mujeres indígenas de todos los pueblos del Chaco Gualamba. En estos 26 años vuelvo a este lugar nuevamente a alzar la voz ante el poder autoritario de los civiles que apoyan las dictaduras e incluso eligen a gobernadores antes dictadores.
Estos años 2016, 2.017 y 2.018 fueron de una brutal embestida de gobierno y poder mediático y judicial contra los pueblos indígenas del país. En Jujuy con la persecución de la organización Tupac Amaru y los más de 1000 días privadas de libertad de Milagro Sala; poco después de la persecución mediática y judicial a una mujer a principios del 2016 se dicta el decreto 820 de extranjerización de la tierra dejando de lado los avances logrados en las políticas públicas de reconocimiento de derechos territoriales a los pueblos indígenas, para después en menos de un años – 2017 – la persecución y represión cobrara la vida de quienes defendieron sus derechos constitucional a la posesión y propiedad comunitaria que en agosto del 2017 asesinando a Santiago Maldonado y criminalizando a las organizaciones indígenas, entonces decidimos tomar la calle y acampar por meses en defensa de la prórroga de la ley 26.160 de freno a los desalojos de los territorios indígenas.
Y entre julio y diciembre sostuvimos la vigilia pública logrando que por primera vez el protagonismo indígena se haga público en las cámaras legislativas nacionales. El mismo día 23 de noviembre se incremento la represión que dos días después, llevaría al asesinato de Rafael Nahuel por defender territorio ancestral indígena mapuche.
En la breve historia de esta república democrática, dos fechas trazaron el accionar político de mi parte: 1992 cuando el neoliberalismo se implantó sanguinario sobre nuestros derechos y nos privaba del trabajo, de la comida y de la política favoreciendo el padrinazgo colonial; y en 2016 con este giro latinoamericano en contra de nuestros pueblos negros, indígenas y de poblaciones que no quieren volver al hambre y a la miseria.
Esta vez, con mayor firmeza decimos, que no nos dejaremos representar una vez más por quienes buscan en la política un camino de crecimiento económico. Contamos con años de crecimiento social y político, con profesionales, con referentes territoriales, con escritores, filósofos, docentes y médicos que en ejercicio de la plurinacionalidad de nuestra Argentina, levantan la voz de tres millones de indígenas en Argentina.
Las legislaturas tienen que actualizarse en la capacitación desde nuestros saberes como lo hicimos en Tartagal el mes pasado. Porque venimos siendo capacitadoras las mujeres indígenas que formamos técnicos y profesionales no indígenas. Ya no nos hacen falta las tesis o los proyectos legislativos que nosotros hicimos y otros escribieron para expropiarnos también en ese aspecto.
Hoy invitamos a que se informen de las leyes que nosotros hicimos piel y realidad diaria. Hay que resistir “porque no fue magia” como dijo una mujer que hoy está siendo perseguida en nombre de los logros del pueblo. Las letras tienen personas y está muy bien que cada tanto lo puedan actualizar.
Salta es la provincia plurinacional más grande del país después de Buenos Aires, con la diferencia de que en Buenos Aires no tenemos territorios ancestrales todos los pueblos indígenas, sino que somos expulsados a la migración. Salta es cuna de las luchas territoriales más extensas por su diversidad y por la persistencia de las organizaciones que no silencian sus voces como los caciques de Alto de la Sierra en Rivadavia, con quienes sostuvimos luchas y aún seguimos dando desde otras formas.
Por nuestros muertos, héroes y mártires, ni un minuto de silencio. Toda una vida de lucha. Que el Sol los acompañe”.