Reporteros Sin Fronteras ubicó al país en el puesto 87 debido a la estigmatización de periodistas y el desmantelamiento de medios públicos. El informe señala que las agresiones físicas contra periodistas son el aspecto más visible de las vulneraciones.
Argentina ha experimentado un notable retroceso en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2025 elaborada por Reporteros Sin Fronteras (RSF). El país descendió 21 posiciones, ubicándose ahora en el lugar 87 del listado global, en un contexto marcado por crecientes tensiones entre el gobierno y los medios de comunicación.
Bajo el subtítulo «Presiones crecientes en un contexto de deriva autoritaria», el informe destaca que «el presidente Javier Milei ha estigmatizado a los periodistas, desmantelado los medios públicos y utilizado la publicidad estatal como arma política». Esta situación coincide con la publicación casi diaria de mensajes en redes sociales por parte del mandatario contra la prensa, frecuentemente finalizados con la frase «No odiamos lo suficiente al periodismo».
El deterioro de la libertad de prensa en Argentina se manifiesta en casos concretos como la internación de Pablo Grillo tras ser herido mientras cubría una manifestación, la intimidación al fotógrafo Antonio Becerra por parte de Santiago Caputo, y la agresión sufrida por Roberto Navarro. Particularmente preocupante resulta la normalización de ataques a periodistas que cubren protestas, especialmente las convocadas semanalmente por jubilados.
RSF también señala desafíos estructurales que afectan al periodismo en América, como «concentración de los medios de comunicación, fragilidad de los servicios públicos de información y precariedad de las condiciones laborales». El informe advierte que, por primera vez en la historia del ranking, la situación de la libertad de prensa se ha vuelto «difícil» a escala mundial, con cierres masivos de medios y creciente hegemonía de las plataformas digitales.