La pandemia amenaza de muerte a un lugar emblemático de la ciudad. Lo declaró Tupac Puggioni, el fundador de la peña que dio vida a una calle por entonces abandonada tras la privatización de los ferrocarriles en tiempos del menemismo.
El anuncio, entre triste y resignado, fue realizado por el empresario gastronómico y en medio de una crisis económica generada por la pandemia del coronavirus que hace cada vez más difícil sostenerla en un escenario en donde la actividad turística, según el mismo Puggioni, empezaría a reactivarse recién en abril de 2021.
“La mano viene muy dura, lo que estamos juntando es para nuestros empleados, está claro que con delivery no pagamos ni la luz con los costos que tiene la Balcarce”, aseguró el dueño de La Vieja Estación, quien luego anunció lo siguiente: “Ayer nos enteramos que el Café del Tiempo cerró; creo que nosotros también vamos a cerrar. Alquilaremos otra cosa para que nuestros empleados no queden sin trabajo”.
Para el empresario, el turismo recién se activará en abril de 2021, por lo que no hay forma de sostener el negocio sin producir – o con producción reducida – durante un año entero. Detalló que mensualmente paga $140.000 de alquiler y $50.000 de luz; a esto se le suma que, sin abrir ni realizar actividad, la factura de electricidad se redujo a $42.000.
Puggioni recordó que fue el sector privado el que puso los cimientos del Corredor Balcarce; “nos enfrentamos varios años al gobierno hasta que se hicieron las normativas y cuando ya estaba funcionando, se instalaron los boliches bailables. Muchos cerraron y quedamos Urtasun (dueño del Café del Tiempo) y yo”, relató. El empresario indicó que, en su caso, pudo discutir un plan de pago con el propietario del inmueble donde funciona la peña, pero que aun así resulta casi imposible sostenerla. “En tres meses voy a tener una deuda de $400.000 solo de alquiler y con el delivery solo no alcanza”, concluyó.