jueves 10 de octubre de 2024
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Norte salteño | Aumentaron los casos de leishmaniasis visceral, la enfermedad también transmitida por un mosquito

Hubo reunión en Tartagal entre funcionarios de la Dirección General de Coordinación Epidemiológica con el equipo médico local. Se registraron dos fallecimientos. La enfermedad afecta a humanos y perros producto de la picadura del mosquito “torito”.

El director Francisco García Campos explicó que se viene observando una tendencia creciente de casos de leishmaniasis visceral en los departamentos San Martín y Rivadavia. En ese marco, se revisó la organización de los servicios para proporcionar un tratamiento oportuno para las complicaciones asociadas y el control de casos graves. “La OMS destaca que existen tres formas principales de leishmaniasis, siendo la visceral la más grave porque, a falta de tratamiento, casi siempre resulta fatal (90% de los casos)” destaco FM Alba de Tartagal.

En Argentina, en el 2000 se detectó el vector y en Misiones, pero el primer caso humano data del 2006 y desde allí se extendió a otras provincias: Corrientes, Santiago del Estero, Formosa, Salta (primer caso informado en 2008), Entre Ríos y Chaco, donde aparecieron posteriormente casos en humanos. Aparte, se dieron casos caninos y autóctonos en Córdoba y Jujuy (Pampa Blanca); mientras que Salta anunció el primer caso humano autóctono en 2009.

Los afectados con leishmaniasis visceral deben solicitar atención médica inmediatamente, ya que el diagnóstico precisa de síntomas y análisis de laboratorio parasitológicas o serológicas (como pruebas de diagnóstico rápido) para corroboran las manifestaciones clínicas e iniciar urgente el tratamiento; que depende de varios factores: forma de la enfermedad, presencia o ausencia de patologías concomitantes, especie del parásito y localización geográfica (puede ser que el paciente se interne de 7 a 10 días para un seguimiento y evolución).

En las personas, la leishmaniasis visceral afecta al bazo, hígado, médula ósea y otros órganos y los síntomas son fiebre prolongada, aumento de tamaño del abdomen, pérdida de apetito, disminución de peso, tos seca, diarrea y vómitos. La enfermedad se puede tratar y curar, pero el paciente precisa un sistema inmunitario competente porque los medicamentos, por sí solos, no eliminarán el parásito del organismo. El tratamiento, completo, se aplica a todo paciente diagnosticado en base a los informes técnicos de la OMS, y las directrices para el tratamiento de la leishmaniasis en las Américas.

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