La precaria casilla de Yolanda Vargas se incendió en febrero del 2021 cobrándose la vida de sus dos hijos. Está acusada de abandono de persona seguida de muerte. El juicio se llevará adelante durante el aniversario de la muerte de los niños.
El pasado 5 de noviembre los medos locales informaron que la Justicia determinó el inicio del juicio para el 5 de febrero próximo, aunque la humilde habitante de Colonia Santa Rosa recién fue notificada de ello el pasado 26 de noviembre. La noticia le causó un doble impacto. Por el juicio en sí en donde la acusan de “algo que no hice” y porque las audiencias coincidirán con el cuarto aniversario de la pérdida de sus hijos.
Yolanda estuvo hoy en la capital salteña y dialogó con la prensa en la Plazoleta Cuatro Siglos. Allí pidió que se la absuelva del hecho que se ocasiono mientras ella no estaba en su casa y por un fuego provocado por la enorme precariedad de la casilla de madera. Tras la conferencia, Yolanda Vargas fue entrevistada por el programa Cuarto Oscuro.
“Yo me entere de mi situación por el diario El Tribuno que dio a conocer la fecha para el juicio, que sería el 3, 4, 5 y 6 de febrero, es decir a tres días del aniversario de la muerte de mis hijos que es el 9. Un juicio que ni siquiera lo esperaba. Yo, que fui una madre que estuve todos los días pendiente de mi hijo, que le daba de comer, que lo vestía, que lo bañaba, que estaba pendiente de la salud…no entiendo por qué la justicia se ensañó tanto conmigo” declaró al programa que se emite por FM La Plaza la mujer que fue detenida tras la tragedia y que fue liberada en ese 2021 gracias a las movilizaciones de distintas organizaciones.
“No soy la única que pasa por lo que pasé. En ese tiempo no tenía cloaca, siempre había subas y bajas de tensión, el agua a veces venía bien, a veces venía mal. Cada vez que llovía se hacía barro y le brotaba el hongo de la humedad. Cada nada tenía que estar cortándole el pelo a mi hijo porque no tenía los recursos y muchas veces tenía que dirigirme a Salta para hacerle un chequeo general porque en Colonia Santa Rosa no había pediatras que lo atendiera” relató.
“No entiendo porque se ensañan conmigo. No soy una mujer que le gusta tomar, no sé lo que significan las drogas, nunca estuve metida en un conflicto que tenga denuncia, que tengan cosas para decir o que les permita calificarme de mala madre. Nunca tuvieron nada [los jueces], los testigos que tienen son anónimos salvo el padre [en el momento de los hechos ya tenía otra pareja] y el comisario del barrio Las Palmeras. Me trataron de lo peor, me trasladaban con 6 u 8 guardia cárceles y no me permitieron ponerle el óleo a mi hijo. No entiendo por qué se ensañó tanto”, insistió.