Lo había pedido a su mujer antes de partir a la guerra en caso de muerte en combate. Su deseo era estar junto a su hijo Gustavo, fallecido en 1978 víctima de un cáncer. Es el segundo caído en Malvinas enterrado en el continente.
Los restos del capitán post mortem Luis Darío José Castagnari, muerto en Malvinas, llegaron ayer al país y se convirtieron en el segundo caído en batalla que descansará en el continente. Serán depositados en un cementerio de Río Cuarto, Córdoba, lugar de donde era oriundo el militar.
Antes de partir a la batalla su marido, entonces teniente primero, le había pedido: «Si no vuelvo, quiero que traigas mi cuerpo y me entierres junto a Gustavito». «Te lo prometo», le contestó ella, quien desde su muerte no volvió a formar pareja. Gustavito, primer hijo del matrimonio, había fallecido el 7 de enero de 1978. El viaje de la familia a Malvinas y el traslado de los restos fue financiado por el CEO de Corporación América, Eduardo Eurnekian.
Castagnari falleció en la noche del 29 de mayo de 1982 y se convirtió en el segundo caído cuyos restos vuelven al continente tras el enfrentamiento bélico con Gran Bretaña. El primero que volvió después de los enterramientos en el Cementerio Darwin de 1982 y 1983 fue el piloto Fernando Juan Casado. Sus restos fueron reconocidos en 2008 tras estar 22 años en las islas sin que se supiera su identidad.

Los restos de Castagnari arribaron primero a Comodoro Rivadavia y luego siguieron viaje hacia Río Cuarto. En todo el trayecto el féretro estuvo acompañado por la familia del militar: la viuda Scavarda y tres de los otro cuatro hijos de la pareja, Martín Adolfo, Walter Rodolfo y Guillermo Oscar, mientras que la cuarta hija, Roxana Patricia, los esperó en Río Cuarto.
El vuelo privado de American Jet aterrizó a las 14.17 en el aeropuerto de Comodoro, proveniente de la base aérea de Mount Pleasant en las islas. Antes del despegue en Mount Pleasant, la familia del capitán recibió en mano la bandera argentina que envolvía el féretro, que recibió honores militares de parte de las fuerzas británicas apostadas en las islas.
Tras los honores argentinos y la cremación, las cenizas de Castagnari serán colocadas en la parroquia Sagrado Corazón de Río Cuarto, junto a las de su hijo Gustavo. Desde que terminó la guerra, María Cristina bregó ante diversas autoridades para cumplir el último deseo de Luis. Peregrinó durante años por oficinas de la Fuerza Aérea y la Cancillería sin resultados positivos. Fue una carta que envió a la embajada británica en la Argentina la que abrió la primera puerta.
El embajador Mark Kent la recibió a los pocos días y aceptó ayudarla. Junto al secretario político Richard Jones y al agregado militar Robin Smith fueron el nexo con el gobierno de las islas para que este pedido fuera considerado un hecho humanitario que debían acompañar. «Siento mucha paz porque era una promesa sin cumplir. Era un peso muy grande que tenía y las veces que estuve en Malvinas le pedía perdón porque no la podía cumplir», había dicho Scavarda al diario Clarín hace unas semanas cuando se le puso fecha definitiva a este traslado inédito en 36 años.
La tumba del capitán cordobés siempre estuvo identificada en Darwin, desde que el coronel inglés Geoffrey Cardoso diseñó y armó el cementerio argentino tras la Guerra de 1982, pero el plan humanitario que posibilitó este año la identificación de 105 soldados abrió paso para que el deseo de la familia Castagnari se pudiera concretar solo ahora.
