Las quejas universitarias contra el gobierno nacional son similares a la de otros sectores: los montos asignados en 2023 y prorrogados para 2024 hacen peligrar el inicio de clases. Solicitan mejores canales de diálogo y recomposición salarial.
El Rector de la Universidad Nacional de Salta, Daniel Hoyos, estuvo presente en la reunión con el CIN de forma virtual. Lo acompañaron el Decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Gustavo Gil; la Decana de Humanidades, Mercedes Vázquez; la vicedecana de la Facultad de Ciencias de la Salud, Nancy Cardozo; la Vicedecana de Ciencias Naturales, Cristina Sanz y otras autoridades.
En el encuentro se trataron diferentes temas relacionados al presupuesto universitario del año 2024 en el contexto actual. Los reportes nacionales que dieron cuenta de la reunión dejan ver que la desazón fue la regla., tal como ocurre como otros sectores que dependen de la administración pública nacional.
Resaltan que ante la decisión del gobierno nacional de prorrogar el presupuesto de 2023, los recursos a transferir en este 2024 -proceso inflacionario mediante- permitirían a las universidades públicas del país funcionar hasta abril o mayo. Bajo esta premisa, algunas universidades optan por poner en marcha estrategias de recorte de la oferta académica para reducir gastos, mientras que otras -de manera más rotunda- ponen en duda el inicio del ciclo lectivo.
Tampoco hay muchos avances en materia de paritarias para docentes y trabajadores no docentes. En la última semana, se ofreció un 6 por ciento de incremento para febrero y fue rechazado por el Frente Sindical Universitario que nuclea a gremios del sector. Desde las agrupaciones comunicaron: «La pérdida del poder adquisitivo del salario de docentes y no docentes es de más del 50 por ciento respecto de la inflación de los meses de diciembre y enero», advirtieron. Y completaron: «Lo mínimo que reclamamos es que nuestros salarios no pierdan respecto de la inflación «.