La detención de participantes durante una competencia de rap en la Usina Cultural de Salta desató controversia sobre la actuación policial y el derecho a la expresión cultural en espacios públicos. Uno de los presentes esa noche contó lo sucedido.
El martes pasado, un evento de rap organizado por el colectivo Protocolo Freestyle en la Usina Cultural de Salta terminó con la intervención policial y la detención de tres personas. Según relató el sociólogo Agustín Pérez Marchetta, quien presenció los hechos, la situación escaló cuando un espectador agredió a un rapero y la policía intervino de manera «agresiva y prepotente». Los dos que participaron en la gresca inicial fueron detenidos, pero lo que llamó la atención es que también se llevaran a uno de los organizadores, el rapero Joker (Tiziano Jaime).
Pérez Marchetta, entrevistado por el programa Cuarto Oscuro (FM La Plaza 94.9), cuestionó el accionar policial, señalando que «hubo una prepotencia, una violencia institucional y policial». El sociólogo, quien también trabaja en el Ministerio de Gobierno, Derechos Humanos y Justicia de Salta, denunció que los oficiales no se identificaron y actuaron sin órdenes judiciales.
«El arte callejero no es delito, el rap y el hip hop no son delito», afirmó Pérez Marchetta, quien considera que existe una «estigmatización y discriminación social hacia el hip hop». El entrevistado destacó además que este tipo de intervenciones policiales no suelen ocurrir en otros eventos culturales o en zonas de bares de la ciudad.
«El abuso policial es casi moneda corriente dentro de la cultura hip hop. Entonces, podríamos decir que era una mancha más al tigre. Para mí fue un poco más grave esto de que se lleven al organizador», acotó luego.
El incidente ha generado preocupación sobre la continuidad de estos eventos culturales en la Usina Cultural. Pérez Marchetta advirtió que estas acciones pueden tener un efecto intimidatorio: «Si a vos te cae la policía, bueno, la pensás dos veces».
Frente a esta situación, el colectivo hip hop local está considerando estrategias para garantizar la seguridad en futuros eventos sin recurrir a la intervención policial. «Nosotros no nos vamos a quedar de brazos cruzados», aseguró Pérez Marchetta, quien adelantó que están en contacto con autoridades locales y de la Usina Cultural para buscar soluciones que permitan continuar con estas expresiones artísticas en el espacio público.