viernes 24 de enero de 2025
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Historia de película | Salteña con Alzheimer se reencontró con hermanos que la buscaron durante años

El trabajo de la Curaduría Oficial que depende de la Asesora General de Incapaces resultó clave para la revinculación. Moria estaba residiendo en un hogar estatal que le brindó tratamiento y contención durante mucho tiempo.

El parte difundido por el organismo relata la historia de Moria (nombre ficticio para proteger su identidad) con una sensibilidad ajena a este tipo de comunicado. De allí que convenga transcribirlo en plenitud para relatar la historia de la mujer que trabajaba como personal doméstico en casas de familias y a la que luego le perdieron el rastro tras el fallecimiento de una de sus empleadoras.

“La mujer había vivido un tiempo con sus dos hermanos pero luego abandonó esa casa. Para entonces, ya sufría los síntomas de la enfermedad y sus familiares no supieron a dónde se había ido a vivir. En 2017 el propietario de una vivienda donde la mujer alquilaba una habitación radicó denuncias porque, sin el tratamiento adecuado para su enfermedad, Moria empezó a tener algunos rasgos agresivos. El hombre comentó que la mujer vivía en el lugar desde hacía tiempo y que estuvo bien durante cuatro años pero que luego empezó a desmejorar y a encerrarse durante muchos días, por lo que decidió pedir ayuda. Luego de eso, fue alojada en la clínica Monte Carmelo y, más adelante, derivada al Hogar Las Moras.

La Curaduría Oficial se hizo cargo de la defensa de la mujer y empezó a investigar sobre sus vínculos. Al Hogar Las Moras había llegado con “lo puesto” y un DNI casi ilegible. La encargada del hogar le gestionó un documento y averiguó en ANSES si le correspondía una jubilación. Le informaron que sí la tenía pero que estaba suspendida porque la señora había dejado de ir a cobrar.

Gabriela Franza, secretaria letrada de la Curaduría Oficial, decidió comenzar a buscar lazos familiares de la mujer. A través del hombre que le alquilaba la habitación, logró enterarse de que había una joven que conocía a Moria porque ella había trabajado mucho tiempo en la casa de sus abuelos. Gracias a los datos que le compartió la joven, Franza logró reconstruir que se había ido a vivir con una familia que la contrató y que luego, tras la muerte de su empleadora, se fue a alquilar sola una pieza.

Franza además consiguió ubicar a un hermano y contactarse con él. El hombre le contó que no habían sabido más de Moria y que la buscaron durante mucho tiempo por la zona de la avenida Independencia porque alguien la había visto por ahí.

Entonces, los dos hermanos fueron invitados por la Curaduría Oficial a una audiencia con Moria. En ese encuentro, ella los reconoció y los llamó “hermanos”.

“La idea ahora es que ella permanezca en el hogar, donde está muy bien atendida y contenida y que pueda recibir visitas de sus hermanos periódicamente. El día que los volvió a ver, no paraba de contarles a sus compañeros que había estado con ellos. Hoy por hoy lo que necesita es amor porque afortunadamente tiene todos los demás aspectos cubiertos en el hogar”, relató Gabriela Franza quien luego agregó que “a veces uno ve papeles todo el tiempo, pero detrás siempre hay personas, historias y cosas por cerrar. Son experiencias que le dan un gran sentido a nuestro trabajo”.

Gabriela Franza.

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