El comerciante Sebastián Saldaño aseguró que la agresión al joven estudiante de Derecho en Villa Gesell fue llevada a cabo «por más de tres personas» e identificó a Thomsen como el autor de la patada final en la cabeza de la víctima.
Un joven que la noche del crimen de Fernando Báez Sosa atendía el kiosco en el que la víctima compró un helado tras ser expulsado del boliche «Le Brique», aseguró este jueves al declarar en el juicio por el hecho que el ataque «fue golpear hasta que no se levantara más» e identificó a Máximo Thomsen, uno de los imputados, como quien le dio «una patada en la cabeza».
Al declarar esta tarde ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 (TOC) de Dolores, el comerciante Sebastián Saldaño dijo que tras escuchar gritos en la calle salió a ver qué sucedía y observó «a Fernando recibiendo patadas y piñas en el piso».
Señaló que los agresores eran «más de tres» y que le dieron «un golpe en la cara y patadas en el cuerpo, y después vi la patada en la cabeza».
Al declarar esta tarde ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 (TOC) de Dolores, el comerciante Sebastián Saldaño dijo que tras escuchar gritos en la calle salió a ver qué sucedía y observó «a Fernando recibiendo patadas y piñas en el piso».
Señaló que los agresores eran «más de tres» y que le dieron «un golpe en la cara y patadas en el cuerpo, y después vi la patada en la cabeza».
Según precisó, este último golpe lo aplicó Thomsen (23), a quien aseguró que había reconocido en rueda al inicio de la investigación.
También ubicó en el lugar a un rugbier «de colita, gritando», en presunta referencia a Matías Benicelli (23) y a «uno más pateándole el cuerpo», sin precisar de quién se trataba.
El kiosquero dijo que el hecho le produjo un gran «impacto, porque era la primera vez que veía tanta violencia hacia una persona», y que se quedó «paralizado».
«Se aseguraron que de que no se levantara. Fue golpear hasta que no se levantara más. Nunca había visto a tantas personas golpear a una sola», aseguró ante los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari.
En tanto, por la tarde declararon también Nicolás Javier Sessa y Valentín Rodríguez, dos amigos de la joven que practicó maniobras de reanimación cardiopulmonar a Báez Sosa tras el ataque, y quienes también fueron testigos de la agresión.
Sessa aseguró que observó que «por lo menos dos personas» le «estaban pegando a alguien» y que la víctima «intentaba levantarse pero no podía más».
Mientras que Rodríguez relató que vio de pie a Fernando y que luego «rápidamente cayó al piso» tras ser golpeado por un grupo de al menos ocho personas.
Por último dijo que «al menos dos, y máximo cuatro le pegaban a él», y calificó como «muy brutales» los golpes que sufrió.
Fuente: Agencia Télam