La ruta 50 colapsó por el movimiento de vehículos y personas que buscan aprovechar el tipo de cambio favorable para comprar en el vecino país. Lluvias y controles complicaron el tránsito, mientras aumentan las restricciones en Bolivia.
El feriado generó un intenso flujo vehicular en la ruta 50, donde largas filas se concentraron tanto en el control del Puesto 28 como en el ingreso al puente internacional, debido a la gran cantidad de argentinos que cruzaron la frontera para realizar compras en Bermejo (Bolivia). Las condiciones climáticas adversas y los controles fronterizos contribuyeron al caos. La llegada del río hizo que el tradicional paso por chalanas de viera cerrado este lunes, lo que generó todo el tráfico a través del puente.
Héctor Tapia, periodista de Aguas Blancas, señaló que el problema principal radica en el sistema de internet en la aduana boliviana, que retrasa los trámites migratorios. “El trámite argentino es eficiente, pero el sistema en Bolivia colapsa”, comentó. A pesar de esto, el atractivo de precios más bajos llevó a que muchas personas enfrentaran largas esperas e incluso la lluvia.
La devaluación del peso boliviano ha sido un factor clave en este fenómeno. Según Tapia, la caída de la moneda del país vecino aumentó el poder adquisitivo de los argentinos, impulsando la demanda de productos como neumáticos, que se consiguen desde $45,000, y alimentos. Sin embargo, las autoridades bolivianas, para evitar desabastecimientos, intensificaron controles y decomisaron productos como alimentos.
En Bermejo, el tipo de cambio pasó de 0,90 a 0,92 bolivianos por cada 100 pesos argentinos en pocos días, motivando el cruce masivo de colectivos, taxis y vehículos particulares. Este escenario refleja cómo la fluctuación del tipo de cambio y las diferencias de precios entre ambos países activaron un importante movimiento comercial en la región fronteriza.