Lo redactó la ONG Child Rights International Network en el Día Mundial para la Prevención de Abuso Infantil. Allí hablan de la tercera ola de los abusos del clero.
El informe cuenta con más de setenta páginas donde señala que las casi mil denuncias realizadas en la Argentina, México, Chile y Colombia son la punta de lanza para derribar el «muro de silencio» que la Iglesia Católica construyó y mantiene para ocultar los casos de abusos por parte de miembros de esa comunidad. La investigación revela que los más de mil casos en los dieciocho países de la región de habla hispana, más Brasil, le dan forma a lo que se llama “la tercera ola”.
La primera ola a la que se refiere este informe fue en los Estados Unidos, cuando explotó el caso de los curas abusadores en Boston. En el informe CRIN mencionan los pagos secretos para callar a las víctimas, la censura en los medios de comunicación, la destrucción, la alteración y la omisión de la información, los acuerdos extrajudiciales y el bloqueo de las reformas judiciales por parte de personas de la Iglesia. “Para ejemplificar algunas de estas cuestiones mencionan casos en Alemania y Holanda, que conformarían lo que llaman la ‘segunda ola’: los abusos sexuales de los miembros de la iglesia católica en Europa y Oceanía”, enfatiza Clarín en su edición de hoy.
El informe de CRIN también tiene un capítulo dedicado a cómo la justicia puede actuar, cuenta casos de investigaciones públicas que se llevaron a cabo en países y habla de la importancia de que sean independientes del poder de la iglesia, del poder de turno y sobre la necesidad de crear comisiones en el poder legislativo.
“En la Argentina, el concordato firmado por la Santa Sede y Onganía en 1966 garantiza a la iglesia en suelo argentino a tener justicia canónica. La Red de Sobrevivientes pide desde años que se derogue. De lo contrario, no hay acceso a las investigaciones que hace la iglesia porque no abre lo que descubre o lo que sabe, ni expone las medidas que han tomado para que esos abusos no sucedan más”, resalta el mismo medio.
No hay ni un solo juicio a algún arzobispo por encubrimiento en el país. Maradeo, que también dirigió el documental «Yo abusaré», dice que “no hay un tratamiento integral para comprender la magnitud, no se trata solo de que caiga un sacerdote como una oveja descarriada del rebaño, hay que comprender que para que ese sacerdote pueda abusar de esos chicos hay por detrás un sistema que le garantiza impunidad”.
El informe CRIN muestra un mapa de la región donde aparecen los países y los años que tienen que pasar para que ese delito prescriba. En la Argentina se sancionó a fines de 2018, la ley 27.206 que declara la imprescriptibilidad de las diferentes modalidades de abuso sexual infantil, es decir: respeta el tiempo de las víctimas. Tiene cinco artículos y el último señala que cada jurisdicción tiene a su cargo la reglamentación. “La ley es buena”, dice Añasco, “pero falta que los operadores de la justicia la apliquen”.