La medida ya se anuncia en algunas provincias y se replicaría en las restantes. Los expertos lo consideran contraproducentes: por mantener los lugares cerrados y por actuar como «turbina» capaz de trasladar el aire contaminado por todo el ambiente.
En la provincia de Buenos Aires, la prohibición ya fue anunciada para la temporada 2021. «Queremos reducir su uso para evitar la recirculación de los fluidos y evitar contagios masivos en un solo ambiente», aseguró el viceministro de Salud de la provincia, Nicolás Kreplak. La explicación es sencilla: el aire acondicionado toma el aire ambiental y lo hace circular, pero el problema es que si alguien que se encuentra en ese interior está infectado, «esa corriente podrá trasladar al virus por todo el ambiente cerrado», generando un «efecto turbina».
Por otro lado, la utilización del aire acondicionado significa en primera instancia que una habitación está cerrada, algo de por sí desaconsejado. En ese marco, los expertos aclaran que todo el mundo puede utilizar el aire acondicionado, pero sólo si es para uso doméstico. En cambio, su uso es inconveniente cuando hay reuniones con gente que no pertenece a la familia. Traducido: no debe usárselo en lugares públicos, en negocios o empresas en donde las reglas son otras: mucha ventilación natural, límite de la cantidad máxima de personas por metro cuadrado, distanciamiento social y barbijo permanente.