miércoles 12 de febrero de 2025
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Desmontes en el Gran Chaco Americano | Salta inició un proceso que hoy continúan dos provincias del norte argentino

Es el segundo pulmón verde de Sudamérica, comprende regiones de cuatro países y territorios de varias provincias argentinas que tumban bosques. El proceso que Salta inició con Juan Carlos Romero hoy continúa en Chaco y Santiago del Estero.

La amplia región que incluye territorios de Argentina, Brasil, Bolivia y Paraguay sigue siendo blanco de la voracidad de quienes desmontan sin culpas. Según la organización ambientalista Greenpeace, sólo en la zona argentina se deforestaron 59.557 hectáreas en lo que va del año 2024. “La cifra significa la pérdida de una superficie equivalente a 327 canchas de fútbol por día”, graficaron y resaltaron que representa un 15% más que en el mismo período de 2023 (51.600 hectáreas).

La deforestación obedece al avance de la frontera agropecuaria para criar ganado y sembrar soja. En muchos casos se realizan de manera irregular por la falta de controles ni multas, aunque hoy todo es un poco más fácil con la reciente flexibilización de la normativa que protege a los bosques.

“Entre 1998 y 2022, en toda la Argentina se perdieron 7 millones de hectáreas de bosques”, explicó a El País de España, Hernán Giardini, coordinador de la campaña de bosques de Greenpeace. De ese total, el 75% de la deforestación argentina se concentra en la región chaqueña, destacó.

Las cifras son impresionantes y en un primer momento Salta, de la mano del gobernador Juan Carlos Romero (1995-2007), fue pionera en lo que a deforestación se refiere. De hecho, un informe de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación analizado por este medio dio cuenta que, entre 1998 y el 2002, las hectáreas desmontadas en Salta fueron 194.386, mientras entre el año 2002 y el 2006, los desmontes llegaron a las 414.934 hectáreas.

En medio de esa tendencia, dos momentos claves del gobierno de Juan Carlos Romero motivaron al por entonces diputado nacional “K” Miguel Bonasso a plantear la necesidad de la llamada Ley de Bosques. El primero ocurrió en abril de 2005 cuando los lotes 32 y 33 de General Pizarro (Anta) fueron desafectados de su condición de “reserva natural provincial protegida” para ser vendidos en siete parcelas de más de 2.000 hectáreas cada una. El otro hecho ocurrió en noviembre del 2007 – un mes antes de que Romero abandone el poder en Salta – y el mismo Miguel Bonasso lo resumió así: “El gobernador Romero había aprovechado la demora en el Senado para autorizar el desmonte de 478 mil hectáreas de bosques nativos, en beneficio de terratenientes argentinos y texanos.” (Miguel Bonasso: “El Mal”. Edit. Planeta. 2001, pág. 262).

Ese proceso que Salta lidero cuando gobernaba Romero y todavía no había Ley de Bosques, ahora tiene a las provincias de Santiago del Estero y Chaco como protagonistas. Greenpeace denuncio que entre enero y junio pasados la deforestación alcanzó a 27.148 hectáreas en la provincia del Chaco; 21.047 hectáreas en Santiago del Estero; otras 7.162 hectáreas en Formosa y 4.200 más en Salta.

Señaló que la mayoría de estos desmontes son ilegales porque violan los ordenamientos territoriales de bosque nativo (OTBN) que confeccionó cada provincia, según lo estableció en 2007 la Ley Nacional de Bosques.

Estos ordenamientos son normas provinciales que zonifican los bosques existentes con un criterio de preservación y —según la ley nacional— son la herramienta que debe regular el avance de la frontera agropecuaria y cualquier otro cambio de uso del suelo. Ante el incumplimiento, Giardini explica: “Es evidente la complicidad entre gobiernos y empresarios agropecuarios para arrasar con nuestros bosques con total impunidad”.

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