Dos de los apresados están acusados de tenencia de estupefacientes; los trece restantes están implicados en robos, lesiones y portación de arma, entre otros delitos.
Las medidas fueron ordenadas por la jueza de Garantías 8, Claudia Puertas, en el marco de una investigación llevada a cabo por la Fiscalía Penal de Salta tras numerosas denuncias recibidas. De los 15 detenidos, 2 fueron acusados del delito de tenencia de estupefacientes, mientras que los trece restantes están implicadas en la causa por varios robos agravados, lesiones leves y graves, portación de arma, etcétera.
«Hoy se llevará a cabo la audiencia de control de detención de los imputados en el Juzgado de Garantías, y en la Fiscalía se procederá a formalizar las acusaciones que pesan en su contra», destacó la prensa del Poder Judicial.
La denuncia original la hizo una mujer que vendía tortillas frente a su casa y fue insultada y amenazada por una vecina, cosa que no terminó cuando llegaron los familiares de la denunciante. La situación escaló cuando los hermanos de la vecina comenzaron a lanzar piedras y otros familiares salieron con armas de fuego, disparando varias veces cerca de las personas. La denunciante solicitó medidas de protección.
“En una ampliación de la denuncia, la mujer agregó que recibió amenazas a través de redes sociales, en las que un usuario afirmó que el grupo de la vecina tenía bajo control a las autoridades locales y que tomarían represalias contra la familia de la denunciante, mencionando específicamente a su hermano”.
La situación no se agotaba allí porque “otra mujer también denunció que, en la misma fecha, escuchó disparos de arma de fuego provenientes de la casa de la vecina, observando a dos hombres armados que disparaban sin importarles la presencia de niños en el lugar. Aunque nadie de su familia resultó herido, expresó temor por la agresividad de los atacantes”.
Una tercera persona hizo la denuncia en representación de su hijo menor, quien fue agredido físicamente por un grupo de hombres cuando regresaba de la escuela. El joven fue trasladado a casa con lesiones visibles, pero se negó a recibir atención médica. La madre expresó temor por la seguridad de su hijo debido a los antecedentes delictivos de los atacantes y solicitó medidas legales. Otra denunciante ratificó todos los dichos. Aseguró que mientras tomaba mate frente a su casa observó lo que dijo la primera denunciante, incluida la salida de varios miembros de la familia agresora para realizar disparos al aire.
Finalmente, una mujer denunció que su marido había sido agredido por un grupo de hombres, quienes ingresaron a la casa de su suegra, robaron varios objetos y lo golpearon cuando intentó defenderse. Ella también fue agredida al intentar intervenir. Posteriormente, la mujer intentó radicar una denuncia contra varios hombres que, según ella, habían provocado daños en su propiedad y disparado armas de fuego cerca de su hogar, donde vive con su familia, incluyendo niños pequeños. Solicitó medidas de protección, ya que ya había tenido problemas previos con estas personas y temía por la seguridad de su familia.