miércoles 9 de octubre de 2024
15.3 C
Salta

¿Ciencia ficción o realidad? | Periodista salteño propone viajar en el tiempo para salvar la democracia argentina

Un libro de Stephen King y una recordada película de Hollywood nos permiten un juego: ¿A qué momento de la historia argentina tendríamos que volver para evitar el oscuro presente que vivimos? (Gonzalo Teruel)

Ayer en la radio, en el brillante programa del que participo todos los días, “Cuarto Oscuro” de 11:30 a 13:30 horas por FM La Plaza 94.9, hablábamos con dos colegas y amigos, Daniel Ávalos y Federico Anzardi, que nos trajo como tema de conversación un libro: “22/11/63”, de Stephen King, en el que se narra la historia de Jacob Epping, un viajero en el tiempo que intenta evitar el asesinato del presidente norteamericano John F. Kennedy.

Pícaro, Fede Anzardi, nos preguntó, palabras más, palabras menos, ¿a qué momento de la historia argentina tendríamos que volver, para evitar el oscuro presente que vivimos?

El Negro Ávalos, de simpatía y sentimiento peronista, dijo “a septiembre de 1955, para evitar el Golpe de Estado contra el presidente Juan Domingo Perón”.

Y yo, de simpatía y sentimiento radical, dije “a septiembre de 1930, para evitar el Golpe de Estado contra el presidente Hipólito Yrigoyen”.

Lo pensamos en simultáneo, no fue que una respuesta indujo a la otra.

Fede dijo que “tal vez, mejor, volver a junio de 1994, para decirle a Diego Maradona ‘guarda con esa enfermera, no le des la mano’ y evitar que trunquen el sueño mundialista de los argentinos”.

Por mi cabeza también había pasado la idea de volver a ese 1994 o a 2014, cuando a Lionel Messi el tiro cruzado se le escapó por centímetros, pero me quedé con la idea de volver a 1930 y evitar el golpe que inauguró el ciclo de los golpes que nos arruinó 50 años de historia argentina y nos quitó varias veces la democracia.

¿Por qué les cuento todo esto?

Porque el fin de semana, el domingo, el 15 de septiembre, fue el “Día Internacional de la Democracia”.

Y porque el mismo domingo me llegó, como a muchos periodistas, un informe, una encuesta, de la consultora Zuban Córdoba & Asociados con datos de la actualidad política nacional que me preocupó sobremanera.

No voy a comentar los resultados sobre la imagen del presidente Javier Milei o de otros líderes políticos porque, asumo, ya los vieron durante los días pasados.

Sí voy a comentar los porcentajes de “confianza” y “desconfianza” que los argentinos tienen de distintos actores sociales, vitales para la democracia.

Los argentinos confían en:

Universidades Públicas 71,5%

Salud Pública 71,2%

Conicet 64,3%

Universidades Privadas 56,4%

Estos son los únicos sectores con más “confianza” que “desconfianza”.

Los argentinos desconfían de:

Iglesia Católica 60%

Sindicatos 74,2%

Periodismo 78,1%

Partidos Políticos 76,5%

Congreso Nacional 82,1%

Poder Judicial 86,1%

El domingo en el “Día Internacional de la Democracia” me encontré con estos datos, que son más o menos coincidentes con los de otras consultoras y centros de estudios a lo largo de los últimos años, y me quedé con una angustiante pregunta:

¿Hasta cuándo puede sostenerse la democracia si la gente no confía en los actores de ese sistema democrático?

No tengo respuesta.

Por ahora, nada hace pensar que la democracia, tal y como la conocemos, imperfecta y perfectible, esté en riesgo.

Pero, frente a estos datos, comienzo a temer no por un mal gobierno, no por un indolente gobierno, no por un gobierno de hijos de puta que festejan con un asado quitar plata a los jubilados… Temo por la fortaleza de la conciencia democrática, por la práctica democrática, temo por la democracia.

Viví varias crisis económicas, políticas y sociales, pero nunca en toda mi vida tuve temor por la democracia.

Y más que ser Jacob Epping, el personaje de “22/11/63”, me gustaría ser Marty McFly, el personaje de “Back to the future” y viajar al futuro para saber que la democracia sigue siendo nuestro modo de organización social.

Archivos

Otras noticias