Cuando el tumor avanzaba sobre la pierna de Fernando, Claudia transportó un kilo de cocaína para pagar la quimioterapia. Cuando se dirigía a Güemes fue detenida. Está alojada hace un año en la cárcel federal de Salta y quiere ver al nene por última vez.
El doloroso caso fue recreado por el periodista Fernando Soriano y fue publicado hoy por el portal Infobae. Trata de la vida de Claudia S.E. quien en septiembre de 2017, fue anoticiada de lo peor: una médica de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, le anunció que el dolor en la pierna derecha de uno de sus hijos no era causado por un golpe como pensaban, sino por un tumor dentro de un hueso que crecía demasiado rápido.
Los oncólogos le avisaron que había que comenzar la quimioterapia inmediatamente para intentar que Fernando, de 13 años, no perdiera su pierna. Claudia, madre de otros dos chicos y embarazada de dos meses, era empleada de limpieza en casas de su ciudad, Montero, a 50 kilómetros de Santa Cruz, y no tenía dinero.
Claudia aceptó entonces cruzar la frontera de nuestro país. “Lo hizo con un bebé en su vientre y dos valijas con poco más de un kilo de cocaína escondida en un doble fondo. Llegó hasta la ciudad salteña de Orán y allí tomó un remis con destino a General Güemes. El puerto final era el barrio de Liniers, en Buenos Aires. Cuando entregara el paquete, recibiría 500 dólares”, reseña el artículo que precisa lo siguiente: el 27 de octubre del año pasado, a las 21:20, en el kilómetro 1.212 de la ruta nacional 34, cerca de la ciudad jujeña de Ledesma, el remis en el que viajaba fue interceptado por Gendarmería Nacional. Un perro de la fuerza rascó el equipaje que llevaba la mujer que – según consta en el expediente – presentaba anomalías en sus tornillos. “Los agentes descubrieron 40 paquetes de cocaína por un peso de 1.160,60 gramos”.
La mujer de 33 años está presa desde entonces en el penal federal de Güemes. Como consecuencia de todo esto, su hijo se deprimió y abandonó durante tres meses el tratamiento para retomarlo en marzo de este año, pero ya era tarde. “Con el fin de frenar la metástasis los médicos le amputaron la pierna. Sin embargo, pocas semanas después le avisaron a la madre de Claudia, que lo cuida, que la enfermedad era terminal”, escribió Soriano.
Claudia se comunicó con Infobae desde el pabellón de la cárcel. «Lo hice porque estaba desesperada. Yo no tenía recursos. Tuve que hacer esto para poder curar a mi hijito pero todo salió mal y me quedé aquí y mi mamá lo estuvo llevando (al médico) pero se empeoró y le amputaron», relata entre sollozos mientras carga en brazos a Sheila Jazmín, su beba de cuatro meses, que nació con ella en cautiverio y no conoce a Fernando.
Su defensor oficial, Andrés Reynoso, apeló el procesamiento y la prisión preventiva dictadas a fines del año pasado por el juez federal Esteban Hansen por considerar que la mujer no presentaba riesgos para la investigación y que cometió un delito con el fin de resolver un mal mayor. «Está en un estado de necesidad justificante», remarcaron sus defensores en la apelación presentada a Hansen, quien demoró cuatro meses en elevar el recurso a la Cámara de Apelaciones.
Fernando
La vida de su hijo Fernando se apaga mientras la Sala 2 de la Cámara de Apelaciones de Salta, integrada por los jueces Guillermo Elias, Mariana Catalano y Alejandro Castellanos, dilata la respuesta. Fuentes de los tribunales federales de Salta dejaron entrever que la Cámara no quiere fallar a favor de la mujer.
Claudia no es narcotraficante, es apenas una mula más de un sistema perverso. En Argentina, la infracción a la ley de drogas es la principal causa de privación de la libertad de mujeres. El 41% de la población carcelaria femenina (1.477 sobre un total de 3.413) se encuentra en esa situación por delitos tipificados en la ley 23.737. En la población de hombres, la infracción a la ley drogas ocupa el 5° lugar entre los delitos de mayor presencia.
Según estadísticas del Sistema Nacional de Estadísticas sobre Ejecución de la Pena, del total de las condenadas por drogas en 2017, el 81% (356) obtuvo una sentencia por montos de pena menores a los cuatro años. De este modo, la mayor parte de las mujeres detenidas por este delito en Argentina se ubican en el mínimo de la escala penal de la ley de drogas, correspondiente a los delitos de comercialización de estupefacientes. Los datos de 2016 señalan que, del conjunto de mujeres presas por delitos de drogas (procesadas y condenadas), el 56% está por comercialización, el 32%, por tenencia y el 12%, por tráfico.
«Claudia podría ser liberada el año que viene aun si es encontrada culpable. Lo que pedimos es que se resuelva ya, la mujer quiere estar con su hijo, verlo aunque sea por última vez. Mantenerla presa es una decisión absurda e inhumana», comentan allegados a su defensa. En el escrito que presentó Reynoso, queda claro el argumento; el abogado dice que ella «se encontraba en una situación real de estado de necesidad, por la existencia de un peligro amenazante en relación a la vida e integridad física de su hijo».
Los defensores de esta mujer presentaron ante los jueces los certificados médicos firmados y fotos de Fernando en un evidente deterioro. Claudia compartió algunas de estas imágenes con Infobae para que se entienda el caso. «Dejé el trabajo de limpieza para estar con mi hijito y necesitaba plata. Fui a la rotonda de mi ciudad, donde se sabe que dan dinero a cambio de pasar valijas a Argentina, pero yo no sabía que había adentro», explicó Claudia a Infobae sobre cómo hizo para conseguir la cocaína.
También remarcó que ella no preparó las maletas, que se las entregaron directamente para que emprendiera el viaje, cuyo destino final era la terminal de ómnibus de Liniers, donde la compensarían con 500 dólares. «En este sentido, puede entenderse que mi asistida causó un mal, pero con la intención de evitar otro mayor –la extrema pobreza de ella y de sus hijos que impedía, a su vez afrontar los gastos del tratamiento y quimioterapia al que debía ser sometido su hijo– que les había sido ajeno», relata el defensor oficial en la apelación ante la Cámara.
Sin embargo, el criterio de Hansen en su fallo es que Claudia expone la enfermedad de su hijo para evadir su responsabilidad en el delito. Para el juez, que además le trabó un embargo de $ 20 mil, ella tenía plena conciencia del delito que estaba cometiendo y «pudo detenerse por propia voluntad».
Fernando padece un osteosarcoma de fémur derecho. La progresión de su enfermedad fue demasiado rápida, con metástasis pulmonares múltiples y gigantes, según cuenta Coleoni a Infobae y según remarcó el periodista del medio citado, ayer miércoles «Pidió irse a su casa y morir allí», según comunicó su médica a los defensores oficiales de la madre.