Así lo señala un reciente informe el Centro de Economía Política de Argentina (CEPA). La cifra se mantiene tanto en el trabajo registrado como en el informal.
Mediante el informe titulado «El 8M en perspectiva económica: a dos años de pandemia y con la igualdad como meta», CEPA brindó algunas cifras comparativas en cuanto a la desigualdad que existe en el mercado laboral argentino dependiendo del género. Así, tenemos que en la mayoría de las variables, las mujeres resultan más perjudicadas, a pesar de que algunos indicadores mostraron un descenso en las mediciones interanuales, hay otro que permanecen inamovibles. Así tenemos que la tasa de desocupación para las mujeres fue del 9% en el tercer trimestre del 2021, siendo la más baja de los últimos cinco años. Sin embargo, también se profundizó el diferencial entre la informalidad laboral de varones y mujeres.
La tasa de desocupación para las mujeres fue del 9% en el tercer trimestre del 2021, en comparación a la media de 8,2%. De esta manera, perforó el piso de los dos dígitos que había alcanzado en 2018, 2019 y 2020 (su punto más alto), siendo la cifra del año pasado el número más bajo de los últimos cinco años.
En este sentido, la disminución de la tasa de desocupación en mujeres respecto al tercer trimestre de 2019 fue mayor que la de los varones, con una caída de 1,9% de las primeras frente al 1,2% por parte de los hombres.
De todas maneras, el informe subrayó que la diferencia en la desocupación abierta entre varones y mujeres se mantiene vigente como una desigualdad estructural, aunque con leves reducciones recientes: En el tercer trimestre de 2021 la brecha fue de 1,3 puntos (9% mujeres contra 7,7% varones), en 2020 fue de 2,5 puntos y en el tercer trimestre de 2019 fue de 1,9 puntos.
En el caso de los hombres, la tasa de informalidad se recortó con respecto a niveles prepandemia (30,6% en el tercer trimestre de 2021 contra 34,2% en el mismo periodo de 2019).
En las mujeres, este indicador volvió al mismo punto que en 2019, al registrarse un 36% de informalidad. En las mujeres, no solamente se sostuvo el nivel de informalidad, sino que se profundizó el diferencial entre la informalidad de varones y mujeres, ascendiendo de 1,8 puntos a 5,4 puntos.
Respecto de las brechas de ingreso en el 2021 se observa que, al igual que la tasa de informalidad, las brechas en el ingreso personal e ingreso por ocupación principal se mantuvieron en niveles similares a los del 2019: los varones percibieron un 25% más de ingreso que las mujeres promediando el mercado formal e informal.
Esta brecha se profundiza a 28,4% cuando se observa el ingreso personal (ingresos laborales y no laborales como pensiones, jubilaciones, cuotas alimentarias, entre otros), aunque el informe rescató que es levemente menor a las cifras de 2019 (29%).
La brecha de ingresos entre las personas asalariadas informales no solo se profundizó respecto al tercer trimestre del 2019 y 2020, sino que alcanzó el mayor nivel de los últimos 5 años. Los trabajadores informales varones perciben un 38,2% más de ingresos que las mujeres.
En contraposición, la brecha de las y los asalariados formales es del 19,6%, manteniéndose en el mismo nivel de los últimos cuatro años y ubicándose en la mitad de la brecha informal.
Fuente: BAE