Abogados de la familia de Fernando Gómez solicitan aplicar el artículo 380 teniendo en cuenta que su muerte fue perpetrada por fuerzas de seguridad. Cinco efectivos están imputados pero continúan en libertad mientras avanza la investigación.
La querella en el caso del bagayero Fernando Gómez, asesinado en diciembre pasado en la frontera con Bolivia, solicitó modificar la calificación legal a «homicidio agravado por ser cometido por las Fuerzas de Seguridad» según el artículo 380 del Código Penal. El abogado Gonzalo Ramos explicó que, aunque la jueza no hizo lugar al pedido por considerar que faltan elementos probatorios, «efectivamente ha habido un homicidio calificado, agravado por el uso de armas de fuego, por personal de la Fuerza de Seguridad».
Mientras tanto, el fiscal federal Marcos Romero imputó a cinco gendarmes del Escuadrón 20 de Orán por «homicidio en riña o agresión». Los acusados Néstor Ortiz, Jonatan Franco, Marcelo Vega, Mauro Cuña y Andrés Vázquez permanecerán en libertad durante el proceso judicial, ya que la fiscalía aplicó esta figura por no poder individualizar aún quién efectuó el disparo mortal.
La querella sostiene que existen elementos contundentes que evidencian la intencionalidad del ataque. «Fernando presentaba una herida en la nariz, por lo cual hablamos de un escenario no solamente de un disparo, sino de una búsqueda de un homicidio. Nadie dispara de tan cerca ni al cuerpo para producir una herida solamente», argumentó Ramos, descartando que hubiera existido un enfrentamiento entre Gendarmería y bagayeros.
El joven de 27 años fue asesinado el 18 de diciembre en Aguas Blancas. Los cinco gendarmes imputados formaban parte de una patrulla que realizaba un procedimiento de secuestro de mercadería cuando se produjo el tiroteo donde Gómez recibió dos disparos y otro trabajador resultó herido.
La autopsia reveló que la víctima murió por un disparo de bala de plomo en el pecho, además de recibir otro impacto en una pierna y un golpe entre los ojos previo al disparo mortal. Este último dato coincide con el relato de seis testigos que afirman haber escuchado en la oscuridad un ruido similar al de un golpe, seguido de un grito y un disparo.