La denuncia cobró voz en las redes sociales y tuvo repercusión en medios locales. Los perjuicios para el público son varios y en distintas esferas de la realización de trámites.
A fines del mes de julio pasado, la sucursal de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) ubicada en calles Pellegrini y Zabala, se vio envuelta en llamas. No hubo víctimas fatales pero sí mucha documentación perdida en el fuego. Pasaron dos meses, y los efectos colaterales ya se pueden observar.
Según indica Nuevo Diario, la docente y politóloga Esmeralda Siuffi, hizo uso de una cuenta en las redes sociales para criticar el estado actual de ANSES. Entre lo señalado están las jubilaciones atrasadas por los expedientes que se quemaron; demoras en la asignación de turnos, por sobrecarga en la UDAI Norte (si no es la cancelación directa de los mismos); e imposibilidad de acceder a los créditos Argenta.
A todo esto, y más allá de lo que menciona la politóloga, hay que sumarle la demora diaria para que la gente acceda a los trámites. Filas que son de una cuadra o dos. Personas que pasan la noche en la sede de calle Florida y se las puede observar aun esperando en la mañana. Quejas porque para la realización de un trámite deben esperar más de 4 horas. Y para colmo, ante el pedido de poder remitir la correspondiente queja en el libro para tal fin, «se les niega el mismo, aludiendo que no está».
Esto es lo que marcó Siuffi: Que a la «ya dificultosa atención, cuando se tenían dos sedes de ANSES en Salta, con una menos, también se reduce drásticamente la capacidad de brindar los servicios previstos por dicho organismo, y se evidencia el achicamiento del Estado por las políticas neoliberales».