Los recientes movimientos de piezas realizados por Macri en el sector económico recuerdan los que hizo el gobernador salteño en Derechos Humanos, Justicia y Primera Infancia.
Hay una broma recurrente en las redes sociales que consiste en decir «ustedes son muy chicos, pero…» e inmediatamente recordar un hecho reciente que hoy pareciera un poco olvidado. Esta nota podría comenzar de esa manera: ustedes son muy chicos, pero alguna vez al gobernador Juan Manuel Urtubey se le quemaron tanto los papeles que empezó a hacer cambios de funcionarios y a fusionar ministerios como si fuera un DT a punto de irse al descenso, una maniobra similar a la que realiza por estos días el presidente Mauricio Macri. Una señal que refleja una crisis inmanejable.
Las recientes noticias que llegan desde Buenos Aires muestran que Macri está en una encrucijada respecto a la economía nacional. El presidente no le encuentra la vuelta: unifica ministerios, desplaza funcionarios y no puede torcer el rumbo. Exactamente lo mismo le pasó a Urtubey hace tres años.
Una crisis que superó a Urtubey
En 2015, el gobernador salteño debió lidiar con el derrumbe del Ministerio de Derechos Humanos de la provincia debido a las increíbles falencias que presentaba esa cartera que encabezaba Marianela Cansino, una mujer sin experiencia en el área, que venía del riñón económico de Carlos Parodi.
A Cansino le explotó el ministerio en las manos. La muerte del menor de 4 años Thiago Quipildor, en julio de ese año, reveló una serie de irregularidades (faltas de personal, decadencia estructural, escasez de recursos e insumos) que demostraban que el trabajo de los empleados del sector se hacía imposible.
La vida de Thiago dependía del Ministerio de Derechos Humanos. Su muerte fue consecuencia de la falta de gestión de Cansino, quien estaba al tanto de lo que sucedía internamente y nunca trabajó para mejorar. Al contrario, trató a la muerte del niño como un hecho aislado provocado por la negligencia de sus empleados cuando en realidad esos trabajadores y trabajadoras simplemente no podían hacer magia para atender todos los casos de la provincia.
Urtubey logró aguantar el cimbronazo, pero en septiembre de ese año apareció muerta Anahí, una adolescente que también dependía de Cansino. El cuerpo fue hallado en una casa del Bajo, en medio de una decadencia similar a la que se trabajaba en Derechos Humanos.
Al gobernador no le quedó más remedio que desarmar el Ministerio. A los pocos días de la muerte de Anahí anunció que parte de la cartera pasaba a depender de Primera Infancia. En diciembre, al comenzar su tercer mandato, Urtubey directamente borró del mapa a Cansino, que siguió en el gobierno en un puesto menor. Los funcionarios provinciales nunca se quedan sin trabajo.
Derechos Humanos pasó a depender directamente del Ministerio de Justicia, que por entonces estaba a cargo de Pamela Calletti. La tormenta pasó y Urtubey pudo poner bajo la alfombra el asunto, especialmente después del fallo en el juicio por la muerte de Thiago, que apoyó la teoría oficial al castigar a los trabajadores del Ministerio y librar de responsabilidades a Cansino y al resto de las autoridades.