La plataforma dejó de operar en noviembre de 2023 tras captar inversiones fraudulentas. Los acusados promovían el esquema mediante eventos en hoteles y promesas de altas ganancias.
Lucas Javier Echazú Carrera recibió una condena de tres años de prisión de ejecución condicional por múltiples estafas, mientras que Facundo Marcelo Fernández fue condenado a un año por participación secundaria en el mismo delito. La jueza de Garantías 1 del distrito Centro, Ada Guillermina Zunino, dictó las sentencias tras recibir la confesión de ambos acusados en una audiencia de juicio abreviado.
Los fondos incautados en pesos, dólares y criptoactivos durante la investigación serán destinados a la reparación económica de las víctimas de forma proporcional a los perjuicios acreditados. Ambos condenados deberán cumplir reglas de conducta por dos años.
La investigación se inició a partir de 792 denuncias de ciudadanos salteños que invirtieron dinero en la plataforma Yomigt, la cual fue dada de baja sorpresivamente en noviembre de 2023. Los denunciantes reportaron haber sido víctimas de ardid o engaño al realizar sus inversiones.
La fiscalía determinó que los acusados promovieron la plataforma presentándola como una inversión legítima basada en operaciones con criptomonedas y arbitraje financiero, cuando en realidad se trataba de una estafa piramidal. Echazú fue identificado como el principal referente y promotor en Salta, mientras que Fernández colaboró en la organización de eventos y captación de inversores.
Según informó el Ministerio Público Fiscal de Salta, este tipo de estafas con criptoactivos se denominan Pig Butchering Scam o «matanza de cerdos», nombre que alude a la práctica de engordar cerdos antes de sacrificarlos. Los estafadores ganan la confianza de las víctimas durante un proceso prolongado, haciéndose pasar por amigos, conocidos o posibles intereses románticos, antes de inducirlas a invertir en esquemas falsos.
Para captar víctimas, los acusados organizaron reuniones y eventos presenciales en hoteles, difundieron material publicitario y alentaron a los participantes a ingresar dinero con promesas de altas ganancias en plazos breves. Yomigt operaba bajo un esquema fraudulento, carecía de autorización para funcionar en el país y se sostenía mediante el ingreso de fondos de nuevos inversores.
