Fidel Puggioni relató la angustia del sector que sufre todos los males ocasionados por la pandemia: restricciones horarias, inflación, subas tarifarias, crisis económica y ausencia estatal. La solidaridad de los clientes como combustible para pelearla.
“Cosa e’ Mandinga” es un bodegón cultural ubicado en el Paseo de los Poetas. Lo abrió Fidel Puggioni, quien disfruta su rol de anfitrión y de organizador de eventos culturales hasta que la pandemia lo trastoco todo: cierre total primero, envíos a domicilio después y luego apertura bajo estrictos protocolos. No alcanzaba para recuperar los niveles prepandemia, pero permitía mantener a flote el negocio en medio de la tormenta. La segunda ola del COVID vuelve a complicarlo todo y las nuevas restricciones horarias amenazan los cimientos ya castigados del emprendimiento.
Puggioni dialogó hoy con CUARTO OSCURO, el programa que se emite por la señal de FM La Cuerda (104.5). “La mayoría de los que hemos quedado estamos endeudados porque nunca se pudo restablecer el trabajo a niveles anteriores a la pandemia. Y cuando empezamos a ver que se venía esta segunda ola analizamos que muchos iban a cerrar. Nosotros nos podemos ir adaptando, pero la verdad que venimos con el caballo cansado y cada vez se hace más difícil. Nosotros esperábamos que al ser una de las provincias que no está tan complicada sanitariamente, podríamos seguir trabajando hasta las 2 de la mañana – que ya era un horario reducido -, pero hoy estamos nuevamente hasta la medianoche, lo que reducirá muy fuertemente la facturación.
Consultado sobre cómo sobrellevan el asunto con “el caballo cansado” y sin los dispositivos estatales del año pasado que buscaban aliviar la situación como el IFE o los ATP, la respuesta de Puggioni fue la siguiente: “Es todo. Más allá de la cuarentena o la restricción horaria es también la crisis económica tremenda: 40% de la población en situación de pobreza y se habla que en cierta franja etaria llega al 70%. Es gravísimo lo que está pasando y entiendo que hay muchísima gente que la está pasando peor, pero sí que nosotros estamos en una cuerda floja cada vez más precaria y uno ve el piso muy cercano porque hay otras variables que te golpean: la inflación no ha parado nunca. No puedo creer que tengamos empresarios a los que no les importe en absoluto la gente. Tuvimos unos aumentos brutales y te sube absolutamente todo. Llegas a una situación en donde ya no sabes cómo hacer para trabajar. El mes pasado nos subieron la luz y el gas. Pareciera todo planificado para que los mismos de siempre se la lleven toda y uno sufre porque debe subirle 2 o 5 pesos a una empanada porque no cierran los números”, resalto.
¿De dónde proviene la fortaleza para resistir semejante situación?, fue la pregunta final al empresario. “La verdad es que hay mucha gente que te da ánimo. Ayer mandé un mensaje en donde más o menos decía que ´estamos hasta las pelotas, que se hace difícil, pero hay seguir adelante´. Tuve más de 90 mensajes de clientes amigos. A muchos se les hace difícil comprarte algo a domicilio, pero lo hace para colaborar. No sé… nuestro local no sólo es gastronómico, también alimenta desde otros lugares, desde eventos culturales y creo que eso también hace que aparezcan manos solidarias. Ayer sinceramente me sentía bastante mal y la gente hizo que cambie de actitud. A los cinco minutos me despache con un chiste: un fliyer en donde decíamos que ´no van a zafar de la publicidad nuestra´. Por supuesto, eso no quita que después tuviéramos una reunión con el personal para ver qué días vamos a abrir porque con las nuevas restricciones es complicado abrir todos los días”, relató.
Finalmente, Puggioni exhortó a los oyentes a ayudar a los sectores de los barrios populares que necesitan de la ayuda de todos en estos difíciles momentos y cuando “hay gobiernos que están mirando para otro lado y el gobierno de la provincia es uno de estos”, destacó
