El primer relevamiento nacional se realizó a partir de encuestas realizadas a 15.211 personas de todo el país. Las mismas se hicieron entre mayo y agosto de 2023 y pincelan cómo viven los miembros de ese colectivo históricamente vulnerados.
Algunos de los datos que se publican dan cuenta de cómo los miembros del colectivo son blanco de la discriminación. Veamos: al menos una de cada dos personas trans fue llamada por su nombre o sexo asignado al nacer con el único objetivo de ridiculizarla; entre el 20% y el 36% de gays, lesbianas y personas trans vieron cómo sus madres o padres buscaban la “ayuda” profesional para “corregir” sus orientaciones sexuales o sus identidades de género; seis de cada diez tuvieron ideación suicida al menos una vez en su vida.
“Esos son algunos de los aspectos que permite visualizar el Primer Relevamiento Nacional de Condiciones de Vida de la Diversidad Sexual y Genérica en la Argentina, que encuestó a 15.211 personas de todo el país entre mayo y agosto de 2023 y que supone una primera radiografía exhaustiva sobre cómo viven gays, lesbianas, mujeres y varones trans y personas que se autoperciben “no binaries”, destacó Infobae en su edición de hoy. De la investigación participaron personas de 16 años o más, y, del total de los encuestados, la población gay es la más masiva (35,7%), seguida por el grupo de bisexuales femeninas (18,2%) y lesbianas (15%). Las masculinidades trans representan el 5,3% y las mujeres trans, el 4,1%.
El trabajo fue encabezado por investigadores de distintas instituciones que dependen de universidades de todo el país o del Conicet. “Hicimos una encuesta autoadministrada y nos sorprendió la cantidad de personas que decidieron participar, porque es una encuesta exhaustiva que puede llevar tiempo” declaró al medio citado Maximiliano Marentes, uno de los coordinadores de la investigación, sociólogo de la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín e investigador del Conicet.
De manera transversal, el relevamiento da cuenta de que las masculinidades y feminidades trans atraviesan los escenarios más cargados de violencia y discriminación. Y ese padecimiento, más que para otras identidades del colectivo LGBT+, empieza por casa. Es que alrededor del 15% de mujeres y varones trans no se sienten en condiciones de dar a conocer su identidad de género a su padre o su madre, y el 40% percibió el enojo o la evitación por parte de esos padres al momento de contar que se autoperciben como trans. Alrededor del 30% de esa población sufrió violencia física o psicológica por parte de su familia, sobre todo las mujeres trans, que en el 21,1% de los casos fueron expulsadas del hogar familiar.
A la vez, la población trans es la que, en promedio, alcanza un nivel educativo menor que gays o lesbianas. El 54,8% de los gays encuestados tienen al menos un título universitario o terciario, mientras que las masculinidades trans que obtuvieron ese grado son sólo el 12%. La brecha también es grande entre las lesbianas (45,3% de los casos tienen título universitario o terciario) y las feminidades trans (16,3%). Entre los motivos detrás de esa diferencia asoma, una vez más, la agresión y la discriminación: 4 de cada 10 varones trans sufrieron violencia por parte de docentes o directivos, y el 35% de esa población fue atacada por compañeros por motivos vinculados a su identidad de género.
El mundo del trabajo también supone violencia, empezando por la posibilidad mucho más baja de conseguir empleo que padecen, una vez más, las mujeres y sobre todo los varones trans. En un país donde, según el Indec, la tasa de desocupación del primer trimestre de este año fue del 7,7%, sólo el 56,2% de las masculinidades trans tienen un trabajo formal.
La agresión, como ocurre en el ámbito educativo, también se da en oficinas, fábricas y talleres: un tercio de las personas trans fueron discriminadas en esos ámbitos. A la vez, la proporción de personas trans que se desempeñan como operarios o en trabajos no calificados triplican o hasta cuadruplican la proporción de gays y lesbianas que ocupan esos puestos. El resultado es tangible: el 41% de las identidades trans reportó, a mediados del año pasado, ingresos de menos de 120.000 pesos en su hogar.
Las personas encuestadas respondieron también sobre sus estados de ánimo y su escenario de salud mental. No menos del 80% de los encuestados de cada grupo, y hasta el 96%, señalan haber padecido síntomas vinculados a los trastornos de ansiedad, mientras que entre el 60% y el 66% de las personas trans o identificadas como “no binaries” manifiestan que se deprimieron en algún momento.