viernes 6 de diciembre de 2024
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Tomás Abraham aseguró que no hay que enterrar al peronismo

El filósofo brindó una entrevista en la que analizó la actualidad política, la evolución de la pelea Macri – Moyano y el futuro del PJ.

El filósofo Tomás Abraham fue entrevistado por el diario La Nación y aseguró que el peronismo nunca puede ser descartado aunque Argentina esté en pleno proceso de consolidar por primera vez un gobierno no peronista post dictadura.

“Me preguntaba por qué el peronismo permanece tanto tiempo, y yo creo que es un asunto para elaborar”, aseguro. “No es solamente un movimiento político; no es un tema de memoria de un avance social. La Argentina se constituyó como nación con mucha dificultad. Somos el único país del mundo que tuvo una avalancha inmigratoria en los niveles que registró la Argentina y eso provocó un caos identitario. Creo que el peronismo le dio una cierta identidad a la Argentina, integró a masas en la argentinidad. Ser peronista era casi como ser argentino. No hay una memoria nacional que no esté teñida del peronismo. Ningún otro movimiento político tuvo esta influencia. Porque el yrigoyenismo quedó un poco en los años 20, aunque tuvo esa misma finalidad. En ese momento, el yrigoyenismo también dijo: ‘Tenemos que dar un idioma local a los compatriotas porque los sindicatos y los movimientos sociales populares son internacionalistas’. Pero creo que el peronismo se confunde con la argentinidad, y eso no es necesariamente un error. El tema de la identidad nacional, por otra parte, resulta algo anacrónico. Pero vivimos un poco de ese anacronismo. El peronismo es muy difícil que se disuelva por una crisis interna. Pero si hubiera una crisis fuerte de Cambiemos, con una fuga y corridas, el peronismo puede llegar a entenderse muy rápido. Yo nunca entierro al peronismo”, explicó.

Abraham consideró que Argentina va camino “a tener un gobierno no peronista de cuatro años con una solidez que no tiene antecedentes, y con una perspectiva de reelección”. “Lo que significaría, por primera vez, ocho años de gobierno no peronista desde el retorno de la democracia. Eso, más allá de lo bueno y lo malo, de alguna manera cambia el paisaje. Es algo nuevo”, argumentó.

Actualmente, el filósofo y docente se encuentra preparando un ensayo histórico en el que examinará las figuras del gaucho, el indio y el inmigrante como arquetipos del genoma nacional.

En la entrevista, Abraham también analizó la pelea de Mauricio Macri y Hugo Moyano: “Otra vez una pelea con Moyano como aquella que libró Kirchner. Pero ahora con Macri… Después negocian, van y vuelven. Y todo eso se desvanece en el aire. Lo que no se desvanece es la puja de sectores de poder en la Argentina. El poder gremial es muy importante y vertebral desde hace décadas. También hay otros sectores de poder, y hay un gobierno débil frente a ellos. Es decir, no se pueden cambiar las piezas de un tablero. A veces [un gobierno] tiene más fuerza en la medida en que se asocia con algún sector poderoso, como el gremialismo. El Gobierno siempre busca algún socio para poder tener una voz en la sociedad argentina. No es que sea ingobernable, pero es un país que tiene sus poderes muy fuertes, y a la vez cuenta con gobiernos y estados débiles. Lo que pasa hoy es una puja de un gobierno que quiere ordenar cuentas, y eso provoca un costo social”.

“En esa puja intervendrán los gremios; también habrá ‘extorsiones’, relacionadas con la Justicia. Se presiona un poco, se larga otro poco. Moyano es una persona peligrosa porque no tiene límites: le podés dar la AFA, Independiente, Belgrano Cargas, y él quiere más, y su familia también. Sin embargo, es importante que sea fuerte el poder gremial en la Argentina, aun con todas las falencias que demuestra. Se necesita una CGT fuerte porque el capitalismo argentino es salvaje. La masa de la gente que trabaja necesita una representación sindical unificada. En el capitalismo argentino -a lo mejor también el global- en la medida en que se debilita un poder gremial, se precariza todo. En esta puja no voy a tomar partido por la honestidad de nadie, es decir: no creo en flexibilizaciones que ayuden a invertir. Creo que las famosas inversiones en la Argentina dependen de tantos factores que nadie sabe cuáles son. No es una cuestión de malos y buenos”, completó.

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